Viernes 31 de octubre
El Padre mismo los quiere, porque me han querido a mí y han creído que yo vine como representante de Dios (Juan 16:27).
A Jehová le encanta mostrarles a sus siervos que los quiere y los aprueba. En la Biblia se mencionan dos ocasiones en las que le dijo a Jesús que era su Hijo amado y que tenía su aprobación (Mat. 3:17; 17:5). ¿Le gustaría que Jehová le dijera que está contento con usted? Es verdad que él no nos habla desde el cielo. Pero lo hace a través de las páginas de su Palabra. Cuando leemos las cariñosas palabras que Jesús les decía a sus discípulos, nos sentimos como si Jehová nos las dijera a nosotros. Jesús imitó a la perfección la manera de ser de su Padre. Por eso, cuando leemos que Jesús les dijo a sus discípulos fieles que los quería a pesar de sus imperfecciones, podemos imaginarnos a Jehová diciéndonos lo mismo a nosotros (Juan 15:9, 15). Si pasamos por pruebas, no las veamos como una señal de que hemos perdido la aprobación de Dios, sino como oportunidades de demostrarle que lo amamos profundamente y confiamos en él (Sant. 1:12). w24.03 13:10, 11
Sábado 1 de noviembre
Has hecho que de la boca de los pequeños y de los niños de pecho salga alabanza (Mat. 21:16).
Si usted tiene niños pequeños, ayúdelos a preparar comentarios adecuados para su edad. En algunas reuniones, se analizan temas delicados, como problemas en el matrimonio o asuntos morales. Con todo, puede que haya uno o dos párrafos en los que los niños puedan comentar. También puede ayudar a sus hijos a comprender por qué no van a poder comentar cada vez que levanten la mano. Si les explica esto a sus hijos, no se pondrán tristes cuando les den el comentario a otros y no a ellos (1 Tim. 6:18). Todos podemos preparar buenos comentarios que honren a Jehová y animen a nuestros hermanos (Prov. 25:11). Aunque a veces podemos comentar brevemente alguna experiencia personal, no debemos hablar demasiado de nosotros mismos (Prov. 27:2; 2 Cor. 10:18). Más bien, debemos centrarnos en Jehová, su Palabra y su pueblo en conjunto (Apoc. 4:11). w23.04 18:17, 18
Domingo 2 de noviembre
No nos durmamos como hacen los demás. Quedémonos despiertos y mantengamos nuestro buen juicio (1 Tes. 5:6).
Para estar despiertos y mantener el buen juicio, nos hace falta amor (Mat. 22:37-39). Por ejemplo, el amor a Dios nos ayuda a seguir predicando aunque surjan dificultades por hacerlo (2 Tim. 1:7, 8). Como también amamos a las personas que no comparten nuestras creencias, hacemos todo lo posible para darles a conocer nuestro mensaje, incluso por teléfono o por carta. No las damos por perdidas. Antes bien, esperamos que cambien algún día y comiencen a hacer lo que es correcto (Ezeq. 18:27, 28). También amamos a nuestros hermanos y lo demostramos animándonos y edificándonos unos a otros (1 Tes. 5:11). Somos como soldados que luchan juntos y se apoyan unos a otros. Nunca les haríamos daño a nuestros hermanos a sabiendas ni les devolveríamos mal por mal (1 Tes. 5:13, 15). Otra manera de demostrar que amamos a los hermanos es respetando a quienes dirigen la congregación (1 Tes. 5:12). w23.06 26:6, 10, 11