Referencias para la “Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos”
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15-21 DE SEPTIEMBRE
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 31
Lo que aprendemos de los consejos de una madre
ijwhf artículo 4 párrs. 11-13
Cómo hablar con los hijos sobre el alcohol
Tomen la iniciativa y hablen del asunto. “El alcohol puede ser un tema que confunda a los jóvenes”, comenta un padre de Gran Bretaña llamado Mark. “Le pregunté a mi hijo de 8 años si beber alcohol estaba bien o mal. Mantuve un ambiente relajado e informal, lo que le ayudó a decir lo que pensaba”.
El asunto quedará más claro si hablan de ello en varias ocasiones. Dependiendo de la edad de su hijo, hablen del alcohol junto con otros temas importantes, como la seguridad vial o la educación sexual.
Pongan un buen ejemplo. Los niños son como esponjas: absorben todo lo que los rodea. Hay estudios que indican que los padres son quienes más influyen en los hijos. Por lo tanto, si su primera opción para calmarse o combatir el estrés es tomar alcohol, su hijo entenderá que esa es la solución ante los problemas de la vida. Así que pónganle un buen ejemplo y consuman alcohol de manera responsable.
20-26 DE OCTUBRE
TESOROS DE LA BIBLIA ECLESIASTÉS 9, 10
Tengamos un punto de vista equilibrado de nuestros problemas
w11 15/10 8 párrs. 1, 2
¿Son sanas nuestras diversiones?
LA Biblia muestra en numerosos pasajes que Jehová no quiere que simplemente pasemos por la vida, sino que desea que disfrutemos de ella. Por ejemplo, Salmo 104:14, 15 señala que él “está haciendo [...] salir alimento de la tierra, y vino que regocija el corazón del hombre mortal, para hacer brillar el rostro con aceite, y pan que sustenta el mismísimo corazón del hombre mortal”. En efecto, Dios hace crecer los cultivos para que obtengamos grano, aceite y vino con que alimentarnos. Pero notemos que el vino es un producto que no solo nos nutre, sino que además nos “regocija el corazón” (Ecl. 9:7; 10:19). Es evidente que Jehová quiere que los seres humanos vivan felices, pues está “llenando por completo sus corazones [...] de alegría” (Hech. 14:16, 17).
2 Siendo así, no hay razón para que los siervos de Dios se sientan culpables porque de vez en cuando dediquen tiempo a actividades recreativas. De hecho, el que “observen atentamente las aves del cielo” y “los lirios del campo”, por mencionar un par de ejemplos, puede revigorizarlos y enriquecerlos como personas (Mat. 6:26, 28; Sal. 8:3, 4). En realidad, vivir una vida plena y saludable es un “don de Dios” (Ecl. 3:12, 13). Comprendemos que nuestro tiempo libre forma parte de ese regalo suyo, y por eso queremos emplearlo como a él le agrada.