¿Se deja usted llevar por los impulsos?

Aunque David pidió algo justo, Nabal lo insultó (1 Sam. 25:7-11; ia 9:10-12).

La reacción de David fue ir a matar a los hombres de Nabal (1 Sam. 25:13, 21, 22).

Abigaíl evitó que David manchara sus manos de sangre (1 Sam. 25:25, 26, 32, 33; ia 9:18).

PREGÚNTESE: “¿Me dejo llevar por mis impulsos cuando estoy enojado, voy de compras o me desanimo? ¿O me detengo a pensar en las consecuencias?” (Prov. 15:28; 22:3).