Referencias para la “Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos”
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8-14 DE SEPTIEMBRE
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 30
“No me des ni pobreza ni riqueza”
w87 15/5 30 párr. 8
Tema a Jehová y será feliz
◆ 30:15, 16—¿Qué enseñan estos ejemplos?
Ilustran que la avidez es insaciable. Las sanguijuelas se llenan de sangre, tal como las personas ávidas, codiciosas, siempre desean más dinero o poder. De igual modo, el Seol nunca queda satisfecho, sino que permanece abierto para recibir más víctimas de la muerte. Una matriz estéril ‘clama’ por hijos. (Génesis 30:1.) La tierra azotada por la sequía embebe el agua de la lluvia y pronto da la apariencia de estar seca de nuevo. Y el fuego que ha consumido las cosas que se han arrojado en él envía llamas que lamen otra materia combustible que se halle cerca. Así sucede con los ávidos y avaros. Pero los que tienen como guía la sabiduría piadosa no son impulsados incesantemente por tal egoísmo.
w11 1/6 10 párr. 3
Cómo vivir dentro de sus posibilidades
Ahorre primero, compre después. Aunque este consejo parezca anticuado, es una de las fórmulas más sabias para evitar el endeudamiento. Además, lo ayudará a librarse de otras cargas, como los altos tipos de interés, que lo único que hacen es elevar el costo de lo adquirido. La Biblia pone como ejemplo a las hormigas y dice que son sabias porque guardan “alimento aun en la siega” en previsión para el futuro (Proverbios 6:6-8; 30:24, 25).
Busquemos perlas escondidas
w09 15/4 17 párrs. 11-13
La creación revela la sabiduría de Jehová
11 El damán es otro animal pequeño que puede enseñarnos grandes lecciones (léase Proverbios 30:26). Su apariencia es similar a la de un conejo grande, pero con patas cortas y orejas pequeñas y redondas. Le resulta fácil huir de sus depredadores gracias a su aguda visión y a los hoyos y grietas que abundan en las zonas rocosas donde habita. Los damanes viven en comunidades muy unidas, lo que les sirve de protección y les permite mantenerse calientes en invierno.
12 ¿Qué lecciones aprendemos del damán? Para empezar, este animalito no se expone a los ataques de los depredadores. Más bien, aprovecha su aguda visión para divisarlos a la distancia y siempre está cerca de un hoyo o una grieta para poder esconderse. Del mismo modo, nosotros tenemos que desarrollar una visión espiritual aguda a fin de percibir los peligros que acechan en el mundo de Satanás. El apóstol Pedro recomendó lo siguiente a los cristianos: “Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien” (1 Ped. 5:8). Mientras estuvo en la Tierra, Jesús siempre se mantuvo en guardia contra los intentos de Satanás de quebrantar su lealtad (Mat. 4:1-11). ¡Qué excelente ejemplo para todos nosotros!
13 Algo que nos ayudará a mantenernos en guardia es aprovechar la protección que Jehová nos ofrece. Por eso, no podemos descuidar el estudio de la Palabra de Dios ni la asistencia a las reuniones (Luc. 4:4; Heb. 10:24, 25). Además, tal como los damanes sobreviven gracias a las comunidades tan unidas que forman, nosotros tenemos que mantenernos cerca de nuestros hermanos, de modo que podamos tener “un intercambio de estímulo” con ellos (Rom. 1:12). Si buscamos la protección que Jehová nos ofrece, podremos decir lo mismo que el salmista David, quien escribió: “Jehová es mi peñasco y mi plaza fuerte y el Proveedor de escape para mí. Mi Dios es mi roca. En él me refugiaré” (Sal. 18:2).
15-21 DE SEPTIEMBRE
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 31
Lo que aprendemos de los consejos de una madre
ijwhf artículo 4 párrs. 11-13
Cómo hablar con los hijos sobre el alcohol
Tomen la iniciativa y hablen del asunto. “El alcohol puede ser un tema que confunda a los jóvenes”, comenta un padre de Gran Bretaña llamado Mark. “Le pregunté a mi hijo de 8 años si beber alcohol estaba bien o mal. Mantuve un ambiente relajado e informal, lo que le ayudó a decir lo que pensaba”.
El asunto quedará más claro si hablan de ello en varias ocasiones. Dependiendo de la edad de su hijo, hablen del alcohol junto con otros temas importantes, como la seguridad vial o la educación sexual.
Pongan un buen ejemplo. Los niños son como esponjas: absorben todo lo que los rodea. Hay estudios que indican que los padres son quienes más influyen en los hijos. Por lo tanto, si su primera opción para calmarse o combatir el estrés es tomar alcohol, su hijo entenderá que esa es la solución ante los problemas de la vida. Así que pónganle un buen ejemplo y consuman alcohol de manera responsable.
g17.6 9 párr. 5
Enseñe a sus hijos a ser humildes
Enseñe a su hijo a ser generoso. Muéstrele que “hay más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20:35). Una manera de hacerlo es preparando juntos una lista de personas que necesiten ayuda con las compras, el transporte o alguna reparación. Y, entonces, que su hijo lo acompañe cuando las ayude para que él vea cuánto disfruta usted de hacer cosas por otros. Así le enseñará a ser humilde de la mejor manera posible: dándole el ejemplo (texto bíblico clave: Lucas 6:38).
22-28 DE SEPTIEMBRE
TESOROS DE LA BIBLIA ECLESIASTÉS 1, 2
Siga entrenando a la siguiente generación
Busquemos perlas escondidas
it “Eclesiastés, Libro de” párr. 1
“Eclesiastés, Libro de”
El nombre hebreo Qo·hé·leth (que significa “Congregador; Agrupador; Juntador; Convocador”) describe con propiedad el papel que desempeñaba el rey en el gobierno teocrático de Israel. (Ec 1:1, 12.) La responsabilidad del gobernante consistía en mantener al pueblo dedicado de Jehová unido en fidelidad a su verdadero Rey y Dios. (1Re 8:1-5, 41-43, 66.) Por esta razón, lo que determinaba si un rey era bueno o malo para la nación era si dirigía o no a su pueblo en la adoración a Jehová. (2Re 16:1-4; 18:1-6.) El congregador, es decir, Salomón, ya había congregado a Israel y sus compañeros, los residentes temporales, en el templo. En este libro procuró congregar al pueblo de Dios para que evitara las obras vanas e infructíferas del mundo y efectuara las obras que eran dignas del Dios al que estaba dedicado como nación. El nombre que se usa en nuestras Biblias españolas se toma de la traducción que da la Versión de los Setenta griega de la palabra Qo·hé·leth, a saber, Ek·klē·si·a·stḗs (Eclesiastés), que significa “miembro de una eclesia [congregación; asamblea]”.
29 DE SEPTIEMBRE A 5 DE OCTUBRE
TESOROS DE LA BIBLIA ECLESIASTÉS 3, 4
Fortalezcan su cuerda triple
Busquemos perlas escondidas
it “Amor” párr. 39
“Amor”
“Tiempo de amar.” El amor solo se retiene de aquellos a quienes Jehová señala como indignos de ser amados, o de los que están resueltos a seguir en un proceder de maldad. De otro modo, ha de hacerse extensivo a todas las personas, mientras estas no demuestren odiar a Dios. Tanto Jehová Dios como Jesucristo aman la justicia y odian el desafuero. (Sl 45:7; Heb 1:9.) No se debe mostrar amor a los que odian intensamente al Dios verdadero. De hecho, no se conseguiría nada aunque se les siguiera mostrando amor, pues los que odian a Dios no responderán a su amor. (Sl 139:21, 22; Isa 26:10.) Por lo tanto, Dios merecidamente los odia y tiene un tiempo para tomar acción contra ellos. (Sl 21:8, 9; Ec 3:1, 8.)
6-12 DE OCTUBRE
TESOROS DE LA BIBLIA ECLESIASTÉS 5, 6
Adoramos a nuestro gran Dios con profunda reverencia
w08 15/8 15, 16 párrs. 17, 18
Honremos a Jehová actuando con dignidad
17 Cuando estamos adorando a Jehová, debemos comportarnos con la dignidad que merece la ocasión. “Guarda tus pies siempre que vayas a la casa del Dios verdadero”, nos recuerda Eclesiastés 5:1. Moisés y Josué debían mostrar respeto y reverencia a Dios quitándose las sandalias antes de pisar suelo santo (Éxo. 3:5; Jos. 5:15). Y los sacerdotes israelitas tenían que usar calzoncillos de lino “para cubrir la carne desnuda” (Éxo. 28:42, 43). Dicho mandato impedía que se dieran situaciones indecorosas mientras estos servían en el altar. Además, la familia de un sacerdote debía conducirse de acuerdo con las elevadas normas sagradas y la dignidad del puesto sacerdotal.
18 Como vemos, tenemos que respetar a Jehová y comportarnos con dignidad al adorarle. Pero también debemos respetar a las demás personas, pues solo así nos ganaremos su respeto. Claro, el respeto que les mostramos debe ser sincero, no hipócrita ni superficial. Debe nacer del corazón, pues en eso se fija Jehová (1 Sam. 16:7; Pro. 21:2). Si esta cualidad se convierte en parte de nuestra personalidad, influirá en nuestra actitud y conducta, en la forma en que tratamos al prójimo e incluso en el concepto que tenemos de nosotros mismos. Se percibirá en todo momento, en todo lo que hagamos y digamos. Cuando nos comportamos, nos vestimos y nos arreglamos con dignidad, mostramos que tomamos a pecho estas palabras del apóstol Pablo: “De ninguna manera estamos dando causa alguna para tropiezo, para que no se encuentre falta en nuestro ministerio; antes bien, de toda manera nos recomendamos como ministros de Dios” (2 Cor. 6:3, 4). “En todas las cosas [adornamos] la enseñanza de nuestro Salvador, Dios.” (Tito 2:10.)
w09 15/11 11 párr. 21
El estudio de la Biblia enriquece nuestras oraciones
21 También Jesús oró con fe y reverencia. Por ejemplo, antes de resucitar a Lázaro, “alzó los ojos hacia el cielo y dijo: ‘Padre, te doy gracias porque me has oído. Cierto, yo sabía que siempre me oyes’” (Juan 11:41, 42). ¿Ora usted con esa misma fe y devoción? Si analiza la oración modelo que enseñó Jesús, verá que los puntos más importantes son la santificación del nombre de Jehová, la venida de su Reino y el cumplimiento de su voluntad (Mat. 6:9, 10). Ahora piense en sus propias oraciones. ¿Reflejan su profundo interés en el Reino y en la voluntad de Dios, así como en la santificación de su nombre?
Busquemos perlas escondidas
w20.09 31 párrs. 3-5
Preguntas de los lectores
Eclesiastés 5:8 habla de un gobernante que comete abusos contra los pobres y los trata de manera injusta. Ese hombre debería recordar que probablemente esté siendo vigilado por alguien que tiene un puesto superior o más autoridad que él. De hecho, puede haber otros que estén en puestos todavía más altos. Por desgracia, en los gobiernos humanos puede suceder que todos esos gobernantes sean corruptos y que la gente común tenga que sufrir las consecuencias.
Pero, por muy desesperada que parezca la situación, nos consuela saber que Jehová está vigilando incluso a los altos funcionarios de los gobiernos. Podemos rogarle a Dios que nos ayude y arrojar nuestra carga sobre él (Sal. 55:22; Filip. 4:6, 7). Sabemos que “los ojos de Jehová están vigilando toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de los que le sirven con un corazón completo” (2 Crón. 16:9).
Así pues, Eclesiastés 5:8 nos trae a la mente una realidad: que en los gobiernos humanos siempre hay alguien con mayor autoridad. Más importante, este versículo nos recuerda que Jehová es la autoridad suprema del universo. En estos momentos, él está gobernando por medio de su Hijo, Jesucristo, el Rey del Reino. El Todopoderoso, que lo ve todo, es completamente justo, y su Hijo también lo es.
20-26 DE OCTUBRE
TESOROS DE LA BIBLIA ECLESIASTÉS 9, 10
Tengamos un punto de vista equilibrado de nuestros problemas
w13 15/8 14 párrs. 20, 21
Nunca se enoje con Jehová
20 Echémosle la culpa a quien la tiene. Quizás seamos nosotros los responsables de algunos de nuestros problemas. En ese caso, debemos reconocerlo (Gál. 6:7). ¿Por qué sería irrazonable culpar a Dios? Veamos un ejemplo. Un automóvil quizás sea capaz de ir a gran velocidad. Imagínese que un conductor excede por mucho el límite de velocidad al tomar una curva cerrada y se estrella. ¿Tendrá la culpa el fabricante del vehículo? ¡Claro que no! De manera parecida, Jehová nos ha dado libertad de elección. Pero también nos ha dado consejos sobre cómo tomar buenas decisiones. ¿Deberíamos entonces echarle al Creador la culpa de nuestros errores?
21 Por supuesto, no todos nuestros problemas son resultado de nuestros errores o pecados. Algunas cosas son consecuencia del “tiempo y el suceso imprevisto” (Ecl. 9:11). Pero nunca olvidemos que, en definitiva, el principal culpable de la maldad es Satanás (1 Juan 5:19; Rev. 12:9). ¡El enemigo es él, no Jehová! (1 Ped. 5:8.)
w11 15/10 8 párrs. 1, 2
¿Son sanas nuestras diversiones?
LA Biblia muestra en numerosos pasajes que Jehová no quiere que simplemente pasemos por la vida, sino que desea que disfrutemos de ella. Por ejemplo, Salmo 104:14, 15 señala que él “está haciendo [...] salir alimento de la tierra, y vino que regocija el corazón del hombre mortal, para hacer brillar el rostro con aceite, y pan que sustenta el mismísimo corazón del hombre mortal”. En efecto, Dios hace crecer los cultivos para que obtengamos grano, aceite y vino con que alimentarnos. Pero notemos que el vino es un producto que no solo nos nutre, sino que además nos “regocija el corazón” (Ecl. 9:7; 10:19). Es evidente que Jehová quiere que los seres humanos vivan felices, pues está “llenando por completo sus corazones [...] de alegría” (Hech. 14:16, 17).
2 Siendo así, no hay razón para que los siervos de Dios se sientan culpables porque de vez en cuando dediquen tiempo a actividades recreativas. De hecho, el que “observen atentamente las aves del cielo” y “los lirios del campo”, por mencionar un par de ejemplos, puede revigorizarlos y enriquecerlos como personas (Mat. 6:26, 28; Sal. 8:3, 4). En realidad, vivir una vida plena y saludable es un “don de Dios” (Ecl. 3:12, 13). Comprendemos que nuestro tiempo libre forma parte de ese regalo suyo, y por eso queremos emplearlo como a él le agrada.
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it “Chisme, calumnia” párrs. 4, 8
“Chisme, calumnia”
El chisme puede llevar a la práctica desastrosa de la calumnia. La sabiduría de las palabras de Eclesiastés 10:12-14 es obvia: “Los labios del estúpido se tragan a este. El comienzo de las palabras de su boca es tontedad, y el fin de su boca, posteriormente, es locura calamitosa. Y el tonto habla muchas palabras”.
Mientras que el chisme puede ser más o menos inofensivo (aunque puede convertirse en calumnia o conducir a ella), la calumnia siempre es perjudicial y causa daño y contienda. Sea que el calumniador lo haga con un motivo malicioso o no, se coloca en una mala posición ante Dios, pues “cualquiera que envía contiendas entre hermanos” practica una de las cosas que Dios odia. (Pr 6:16-19.) La palabra griega para “calumniador” o “acusador” es di·á·bo·los. Ese término también se usa en la Biblia como título de Satanás, “el Diablo”, el gran calumniador de Dios (Jn 8:44; Rev 12:9, 10; Gé 3:2-5), con lo que se indica quién fue el originador de la calumnia, este tipo de acusación difamatoria.
27 DE OCTUBRE A 2 DE NOVIEMBRE
TESOROS DE LA BIBLIA ECLESIASTÉS 11, 12
Disfrute de una vida feliz y saludable
g 3/15 13 párrs. 6, 7
El aire fresco y el sol, ¿son “antibióticos” naturales?
La luz solar también tiene propiedades desinfectantes. La publicación científica Journal of Hospital Infection explica que “la mayoría de los microbios que transmiten infecciones por el aire no tolera la luz del sol”.
¿Cómo puede usted sacar provecho de todo esto? Salga fuera, tome el sol con moderación y respire aire fresco. Seguro que le sentará bien.
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it “Inspiración” párr. 10
“Inspiración”
Es obvio que los hombres que Dios usó para registrar las Escrituras no fueron simples autómatas que únicamente se limitaron a registrar información dictada. Leemos concerniente al apóstol Juan que la Revelación “respirada por Dios” le fue presentada por medio de un ángel “en señales”, y que Juan luego “dio testimonio de la palabra que Dios dio y del testimonio que Jesucristo dio, aun de todas las cosas que vio”. (Rev 1:1, 2.) Fue “por inspiración [literalmente, “en espíritu”]” como Juan “[llegó] a estar en el día del Señor” y se le dijo: “Lo que ves, escríbelo en un rollo”. (Rev 1:10, 11.) Por lo tanto, Dios consideró oportuno permitir que los escritores bíblicos dieran uso a sus facultades mentales a la hora de seleccionar las palabras y expresiones para describir las visiones que recibieron (Hab 2:2), aunque siempre suministró la dirección necesaria a fin de que el resultado final no solo fuese exacto y verdadero, sino que también encajase con su propósito. (Pr 30:5, 6.) En Eclesiastés 12:9, 10 se indica que el escritor tenía que poner de su parte, es decir, meditar, escudriñar y ordenar las ideas a fin de presentar “palabras deleitables y la escritura de palabras correctas de verdad”. (Compárese con Lu 1:1-4.)