Nota
c Los ancianos no tienen autoridad para poner reglas sobre el entretenimiento. Más bien, cada cristiano debe usar su propia conciencia educada por la Biblia para decidir qué leerá, qué verá o con qué jugará. Los cabezas de familia deben asegurarse de que en su hogar se respeten los principios bíblicos sobre este tema (vea el capítulo 6, “Escoja bien el entretenimiento” del libro Continúe en el amor de Dios).