Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vivir y Enseñar igual a Jesús
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21-27 DE JULIO
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 23
Sabios consejos sobre las bebidas alcohólicas
Busquemos perlas escondidas
w04 1/11 31 párr. 2
Preguntas de los lectores
Por ejemplo, la obesidad pudiera ser señal de glotonería, pero no siempre es así. Una enfermedad o factores hereditarios podrían contribuir al sobrepeso. Además, debemos tener presente que la obesidad es un estado físico, mientras que la glotonería es una actitud mental. La obesidad se define como “exceso de peso por acumulación de grasa”, mientras que la glotonería es un “afán desmedido y ansioso por comer”. Así que la glotonería no se determina por el tamaño de la persona, sino por su actitud hacia la comida. La persona pudiera ser de constitución normal o hasta delgada y, no obstante, ser glotona. Además, lo que se considera un peso o una figura ideal varía muchísimo de un lugar a otro.
11-17 DE AGOSTO
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 26
Apartémonos de los insensatos
w87 1/10 19 párr. 12
La disciplina da fruto pacífico
12 En el caso de algunas personas quizás se necesiten medidas más drásticas, como indica Proverbios 26:3: “El látigo es para el caballo, el freno es para el asno, y la vara es para la espalda de los estúpidos”. A veces Jehová dejó que su nación de Israel fuera sojuzgada por los penosos afanes que su propio comportamiento le acarreó: “Se habían portado con rebeldía contra los dichos de Dios; y al consejo del Altísimo habían mostrado falta de respeto. Por lo tanto, él procedió a sojuzgar con penoso afán el corazón de ellos; tropezaron, y no hubo quien ayudara. Y empezaron a clamar a Jehová por ayuda en su angustia; de los apuros en que se hallaban él, como siempre, los salvó”. (Salmo 107:11-13.) Sin embargo, algunos estúpidos se endurecen a tal grado que no aceptan ninguna clase de disciplina curativa: “Un hombre censurado repetidas veces, pero que hace dura su cerviz, de repente será quebrado, y eso sin curación”. (Proverbios 29:1.)
it-1 502 párr. 4
Cojo, cojera
Uso proverbial. “Como uno que está mutilando sus pies [lo que le convertiría en cojo], como uno que está bebiendo mera violencia, es el que mete los asuntos en la mano de alguien estúpido”, dijo el sabio rey Salomón. Sin duda, el hombre que empleara a una persona estúpida para ocuparse de cualquier proyecto propio iría en contra de sus intereses, y sería como si los mutilara de antemano. Con toda seguridad vería derrumbarse la obra que se había propuesto, con el consiguiente perjuicio para sí mismo. (Pr 26:6.)
18-24 DE AGOSTO
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 27
Cómo nos beneficia tener amigos verdaderos
it-2 1185 párr. 6
Vecino, prójimo
No obstante, el libro de Proverbios aconseja que el compañero debe ser fiel y confiable, y recomienda acudir a él en tiempo de necesidad: “No dejes a tu propio compañero ni al compañero de tu padre, y no entres en la casa de tu propio hermano en el día de tu desastre. Mejor es un vecino [scha·kjén] que está cerca que un hermano que está lejos”. (Pr 27:10.) Aquí el escritor dice que debe estimarse al que es amigo íntimo de la familia y que ha de buscársele como ayuda incluso antes que a un pariente tan cercano como un hermano, si este está lejos, pues tal vez el pariente no se halle tan dispuesto a ayudar como el amigo de la familia o no le sea posible hacerlo.
25-31 DE AGOSTO
TESOROS DE LA BIBLIA PROVERBIOS 28
Diferencias entre el justo y el malvado
w93 15/5 26 párr. 2
¿Está siguiendo a Jehová plenamente?
“LOS justos son como un león joven que tiene confianza.” (Proverbios 28:1.) Ejercen fe, confían plenamente en la Palabra de Dios y progresan con denuedo en el servicio a Jehová ante cualquier peligro.
it-1 820 párr. 3
Entendimiento
Los que se apartan de la Fuente. La persona que escoge como derrotero la transgresión empieza a dejar de lado a Dios cuando toma decisiones y hace planes. (Job 34:27.) Permite que su corazón le ciegue al error de sus caminos y pierde perspicacia. (Sl 36:1-4.) Aun si afirma adorar a Dios, pone los preceptos del hombre por encima, prefiriéndolos a los de Dios. (Isa 29:13, 14.) Justifica y excusa su conducta relajada como un mero “juego”. (Pr 10:23.) Llega a pervertirse, embrutecerse y hacerse necio en su razonamiento, hasta el extremo de afirmar que el Dios invisible no ve o discierne su mala conducta, como si los poderes de percepción de Dios hubiesen fallado. (Sl 94:4-10; Isa 29:15, 16; Jer 10:21.) Por su proceder y sus actos, dice en realidad: “No hay Jehová” (Sl 14:1-3), y no le tiene en cuenta para nada. Como no se guía por los principios divinos, no puede juzgar los asuntos de la manera correcta ni ver las cuestiones con claridad, sopesando los factores envueltos y llegando a decisiones correctas. (Pr 28:5.)
Busquemos perlas escondidas
w01 1/12 11 párr. 2
Cómo evitar un paro cardíaco espiritual
Exceso de confianza. Muchas víctimas del infarto confiaban demasiado en su salud justo antes de sufrirlo. Rechazaban y hasta se reían de los reconocimientos médicos periódicos, afirmando que eran totalmente innecesarios. De manera similar, algunos tal vez piensen que, como hace años que son cristianos, no les va a pasar nada y, por tanto, dejen de someterse a reconocimientos espirituales, es decir, de autoexaminarse, hasta que azota el desastre. Es esencial tener presente el buen consejo contra el exceso de confianza que da el apóstol Pablo: “El que piensa que está en pie, cuídese de no caer”. La prudencia dicta que reconozcamos nuestra naturaleza imperfecta y que periódicamente nos examinemos en sentido espiritual (1 Corintios 10:12; Proverbios 28:14).