Viernes 28 de noviembre
Padre nuestro que estás en los cielos, que tu nombre sea santificado (Mat. 6:9).
Jesús estuvo dispuesto a aguantar torturas, insultos y acusaciones falsas para santificar el nombre de su Padre. Sabía que había sido totalmente obediente y que no tenía nada de lo que avergonzarse (Heb. 12:2). También sabía que, en esos momentos difíciles, era Satanás quien lo estaba atacando (Luc. 22:2-4; 23:33, 34). El Diablo quería que Jesús dejara de ser fiel a Jehová, pero no lo logró; ¡su fracaso fue total! Jesús demostró más allá de toda duda que Satanás es un mentiroso y que Jehová sí tiene siervos que se mantienen leales hasta en las pruebas más duras. ¿Desea usted alegrar a su Rey, Jesucristo? Pues siga alabando el nombre de Jehová y ayudando a otros a ver cómo es él de verdad. Así estará siguiendo los pasos de Jesús (1 Ped. 2:21). Y, como él, logrará que Jehová se sienta feliz y demostrará que su enemigo, Satanás, es un mentiroso despreciable. w24.02 6:11-13
Sábado 29 de noviembre
¿Cómo le pagaré a Jehová todo el bien que me ha hecho? (Sal. 116:12).
En los pasados cinco años, más de un millón de personas se han bautizado como testigos de Jehová. Para nosotros, dedicarnos significa tomar la decisión de ser discípulos de Jesús y poner en primer lugar en la vida la voluntad de Dios. ¿Y eso qué implica? Jesús dijo: “Si alguien quiere ser mi seguidor, que renuncie a sí mismo” (Mat. 16:24). La expresión griega que se tradujo “que renuncie a sí mismo” también puede traducirse “que se niegue a sí mismo”, es decir, que se diga que no a sí mismo. Cuando usted se dedique a Jehová, tendrá que decirle que no a todo lo que le desagrada a Dios (2 Cor. 5:14, 15). Eso incluye rechazar “las obras de la carne”, como por ejemplo la inmoralidad sexual (Gál. 5:19-21; 1 Cor. 6:18). ¿Será una carga hacerlo? Claro que no, siempre que ame a Jehová y esté convencido de que sus normas son lo mejor para usted (Sal. 119:97; Is. 48:17, 18). w24.03 9:1, 4
Domingo 30 de noviembre
Tú tienes mi aprobación (Luc. 3:22).
Jehová les da su espíritu santo a quienes tienen su aprobación (Mat. 12:18). Podríamos preguntarnos: “¿Demuestro en mi vida las cualidades que produce el espíritu santo?”. Por ejemplo, ¿es usted ahora más paciente que antes de conocer a Jehová? En realidad, cuanto más observe que está demostrando las cualidades del fruto del espíritu, más seguro puede estar de que Jehová está contento con usted. Jehová les aplica el valor del rescate a quienes tienen su aprobación (1 Tim. 2:5, 6). Pero ¿y si nos cuesta aceptar la idea de que Jehová nos aprueba aunque tengamos fe en el rescate y estemos bautizados? Recordemos que no siempre podemos fiarnos de lo que nos dice el corazón, pero siempre podemos fiarnos de Jehová. Para él, quienes tienen fe en el rescate son justos, y promete bendecirlos (Sal. 5:12; Rom. 3:26). w24.03 13:15, 17