Domingo 30 de noviembre
Tú tienes mi aprobación (Luc. 3:22).
Jehová les da su espíritu santo a quienes tienen su aprobación (Mat. 12:18). Podríamos preguntarnos: “¿Demuestro en mi vida las cualidades que produce el espíritu santo?”. Por ejemplo, ¿es usted ahora más paciente que antes de conocer a Jehová? En realidad, cuanto más observe que está demostrando las cualidades del fruto del espíritu, más seguro puede estar de que Jehová está contento con usted. Jehová les aplica el valor del rescate a quienes tienen su aprobación (1 Tim. 2:5, 6). Pero ¿y si nos cuesta aceptar la idea de que Jehová nos aprueba aunque tengamos fe en el rescate y estemos bautizados? Recordemos que no siempre podemos fiarnos de lo que nos dice el corazón, pero siempre podemos fiarnos de Jehová. Para él, quienes tienen fe en el rescate son justos, y promete bendecirlos (Sal. 5:12; Rom. 3:26). w24.03 13:15, 17
Lunes 1 de diciembre
Los muertos son resucitados (Luc. 20:37).
¿Tiene Jehová el poder para resucitar a los muertos? Claro que sí. Él es “el Todopoderoso” (Apoc. 1:8). Puede derrotar a cualquier enemigo, incluso a la muerte (1 Cor. 15:26). Otra razón por la que sabemos que Dios es capaz de resucitar a los muertos es que él tiene una memoria infinita. La Biblia dice que él llama a todas las estrellas por su nombre (Is. 40:26). Jehová se acuerda de todas las personas que han muerto (Job 14:13; Luc. 20:38). Puede recordar hasta el más mínimo detalle de quienes resucitará, como su código genético, sus vivencias y sus recuerdos. Sin duda, podemos confiar en la promesa de la resurrección porque sabemos que Jehová tiene tanto el deseo de cumplirla como el poder para hacerlo. Otra razón por la que sabemos que él cumplirá esta promesa es que ya ha resucitado a algunas personas. En tiempos bíblicos, Jehová les dio a algunos hombres, entre ellos Jesucristo, el poder para resucitar muertos. w23.04 16:7-9
Martes 2 de diciembre
Que sus palabras sean siempre agradables, sazonadas con sal (Col. 4:6).
Si nos expresamos con tacto y apacibilidad, es más probable que la persona quiera seguir escuchando y no corte la conversación. Claro está, si alguien quiere discutir o burlarse de nosotros, no estamos obligados a seguir con la conversación (Prov. 26:4). Pero la mayoría de las personas no son así; muchas tal vez nos escuchen. Sin duda, ponerse la meta de ser apacible tiene muchas ventajas. Pídale a Jehová que le dé fuerzas para ser apacible cuando otros saquen temas polémicos o lo critiquen injustamente. No olvide que la apacibilidad impedirá que una diferencia de opinión se convierta en un debate acalorado. Y es posible que una respuesta respetuosa y apacible haga que algunos se replanteen su opinión sobre nosotros y sobre las enseñanzas bíblicas. Así que esté siempre listo “para presentar una defensa [...] con apacibilidad y profundo respeto” (1 Ped. 3:15). ¡Sea apacible y a la vez fuerte! w23.09 39:18, 19