Martes 7 de octubre
Pórtense de una manera digna de Jehová (Col. 1:10).
En 1919, Babilonia la Grande dejó de controlar al pueblo de Dios. Ese año apareció en escena el “esclavo fiel y prudente”, justo a tiempo para que las personas de buen corazón pudieran empezar a andar por el “Camino de la Santidad” (Mat. 24:45-47; Is. 35:8). Gracias al trabajo que otros habían hecho para preparar el camino, quienes comenzaron a viajar por él pudieron aprender más sobre Jehová y sus propósitos (Prov. 4:18). También pudieron hacer los cambios necesarios para agradar a Dios. Claro, él no esperaba que hicieran todos los cambios a la vez. Más bien, ha ido purificando a su pueblo a lo largo de los años. ¿Nos imaginamos lo felices que estaremos cuando llegue el día en el que podamos agradar a Dios en todo? Para que un camino se mantenga en buen estado necesita mantenimiento. Desde 1919 se han hecho trabajos de mantenimiento en el “Camino de la Santidad” para que más personas puedan salir de Babilonia la Grande. w23.05 22:15, 16
Miércoles 8 de octubre
Nunca te dejaré (Heb. 13:5).
Los miembros del Cuerpo Gobernante han estado preparando personalmente a hermanos para que sirvan de ayudantes en sus comités. De hecho, estos ayudantes ya están atendiendo bien muchas responsabilidades. No cabe duda de que están bien preparados para hacerse cargo de las ovejas de Cristo. Cuando los ungidos sean llevados al cielo, hacia el final de la gran tribulación, el pueblo de Dios seguirá adorándolo fielmente aquí en la Tierra. Con Jesucristo como Líder, los siervos de Dios no darán ni un paso atrás. Es cierto que en ese tiempo los atacará un grupo de naciones hostiles, que la Biblia llama Gog de Magog (Ezeq. 38:18-20). Pero ese ataque durará poco y fracasará. No conseguirá que el pueblo de Dios deje de adorarlo. Sin duda, Jehová los rescatará. En una visión, el apóstol Juan vio a la “gran muchedumbre” de las otras ovejas de Cristo, y además se le dijo que esta “gran muchedumbre” salía de “la gran tribulación”. Así que queda claro que estarán a salvo (Apoc. 7:9, 14). w24.02 5:13, 14
Jueves 9 de octubre
No apaguen el fuego del espíritu (1 Tes. 5:19).
¿Qué podemos hacer para que Jehová nos dé espíritu santo? Pedírselo, estudiar su Palabra y estar unidos a su organización. Si hacemos eso, cultivaremos “el fruto del espíritu” (Gál. 5:22, 23). Para que Jehová nos conceda su espíritu, nuestra conducta y nuestros pensamientos deben ser limpios. Si permitimos que los pensamientos impuros echen raíces en nosotros y nos dejamos llevar por ellos, perderemos su espíritu (1 Tes. 4:7, 8). ¿Qué más debemos tener en cuenta? Pablo dijo: “No muestren desprecio por las profecías” (1 Tes. 5:20). En este versículo, la palabra “profecías” se refiere a los mensajes que Dios da a través de su espíritu. Entre ellos, están los mensajes sobre el día de Jehová y lo cerca que está. Nosotros no pensamos que falta mucho para el día de Jehová o que no veremos el Armagedón. Todo lo contrario, tenemos muy presente el día de Jehová. Por eso le damos mucha importancia a nuestra conducta y realizamos “hechos de devoción a Dios” (2 Ped. 3:11, 12). w23.06 26:13, 14