34 Por fin subió y se acostó sobre el niño,+ y puso su propia boca sobre la boca de él, y sus propios ojos sobre los ojos de él, y las palmas de sus propias manos sobre las palmas de las manos de él, y se quedó doblado sobre él, y la carne del niño se calentó gradualmente.
21 Y aconteció que, mientras estaban enterrando a un hombre, pues, aquí vieron la partida merodeadora. Al punto arrojaron al hombre en la sepultura de Eliseo, y se fueron. Cuando el hombre tocó los huesos de Eliseo, inmediatamente llegó a vivir,+ y se levantó sobre sus pies.+
44 El [hombre] que había estado muerto salió con los pies y las manos atados con envolturas,+ y su semblante estaba envuelto en un paño. Jesús les dijo: “Desátenlo y déjenlo ir”.