3 Porque ni siquiera el Cristo se agradó a sí mismo,+ sino que ocurrió tal como está escrito: “Los insultos de los que te insultan han recaído sobre mí”.+
10 Por lo tanto, me alegra tener debilidades, recibir insultos y sufrir necesidad, persecuciones y dificultades por causa de Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy poderoso.+