19 Si fueran parte del mundo, el mundo los amaría porque serían algo suyo. Pero, como no son parte del mundo,+ sino que yo los he elegido de entre el mundo, por eso el mundo los odia.+
17 Así que, si somos hijos, también somos herederos —herederos de Dios, pero coherederos+ con Cristo—, siempre y cuando suframos con Cristo+ para que también seamos glorificados con él.+