Muy extraordinaria amistad
SEGÚN informó el “Sunday Times” de Johannesburgo, casi todas las mañanas el Dr. Arthur Wright, de Durban, se pone su máscara, su tubo de respiración y sus aletas y se zambulle en el mar.
Un día estableció una extraordinaria amistad con un pulpo, al cual llamó Okkie. A continuación suministramos la descripción del Dr. Wright, según la citó el “Sunday Times”:
“Me encontré con Okkie cierta tarde de fines de verano hace aproximadamente cuatro años. Él estaba holgazaneando en el exterior de su hogar rocoso. Lo primero que me vino a la mente fue atraparlo y llevarlo vivo al Acuario de Durban. . . .
“De inmediato Okkie empezó a menear sus tentáculos como si estuviera saludándome, y entonces, para gran sorpresa mía, tomó con uno de aquellos increíbles tentáculos una concha arábiga acabada de limpiar y la extendió hacia mí. Quedé deleitado. Y, por supuesto, completamente cautivado. Decidí dejar a Okkie donde estaba.
“Durante los días siguientes pensé muchísimo en Okkie. De modo que volví a visitarlo. Efectivamente, recibí el mismo alegre saludo. Y el mismo regalo de una concha. La siguiente vez que pasé por su lado, Okkie fue más generoso. Me dio dos conchas. En el transcurso de varios meses acumulé una colección bastante grande de las conchas que me había dado Okkie.
“Entonces, cierto día pasé por el mismo lugar y, con pesar, noté que Okkie no estaba allí. Volví al sitio varias veces. Pero no volví a ver a Okkie. Me sentí muy triste. ¿Qué le habría pasado? Quizás había crecido demasiado y ya no cabía en su hogar. Quizás alguna otra criatura marina había hecho presa de él. O quizás él, también, se había inflamado con el deseo de aventuras, y había buscado nuevos ámbitos acuáticas. ¿Quién sabe? Solo sé que me di cuenta de que había sufrido una gran pérdida.”