Un desafío para los padres
El mundo es un lugar mucho menos moral de lo que solía ser. Anuncios publicitarios que utilizan el sexo como reclamo se repiten hasta la saciedad. Revistas que presentan a las mujeres como simples juguetes se venden en los quioscos y en algunos países hasta en los supermercados. Una canción de rock defiende la violación perpetrada por un conocido de la víctima. Desde luego, la experiencia cotidiana demuestra que vivimos en un mundo inmoral.
LA PROFESORA de estudios relacionados con la familia, Greer Litton Fox, comentó que de “los aproximadamente cuarenta” actos de coito explícito o implícito “a los que uno puede verse expuesto diariamente en la televisión desde las 13.30 hasta las 23.00, menos del 5% están protagonizados por parejas casadas”. Con tal fomento del sexo en los medios de comunicación, no es extraño que también se lea acerca de los “asombrosos índices de embarazos entre adolescentes y sus devastadoras consecuencias”.
No hay duda de que para los padres que desean lo mejor para sus hijos, supone un serio desafío criarlos en este mundo inmoral. No obstante, esto no significa que todos los jóvenes tengan relaciones sexuales. Las encuestas revelan que la mitad de las muchachas estadounidenses con edades comprendidas entre los quince y los diecinueve años tienen experiencia en el campo sexual, lo cual confirma que la otra mitad no tiene dicha experiencia. Por otra parte, incluso muchas de las chicas que han participado en relaciones sexuales desearían no haberlo hecho. Una de esas jóvenes escribió lo siguiente a Ann Landers, columnista de un periódico:
“Las relaciones sexuales que tuve con Joe (mi primera aventura) me decepcionaron, así que lo intenté de nuevo con Mike, luego con Neal y después con George. No sé lo que estaba buscando. Fuera lo que fuera, no lo encontré. Las revistas, las telenovelas y las películas me habían hecho creer un montón de disparates. La vida real no era así.
”Si pudiese hablar con las jovencitas que leen su columna, les diría que las relaciones sexuales entre adolescentes no solucionan los problemas, sino que crean más. No hacen que una muchacha se sienta amada; la hacen sentirse despreciable. Les diría que dichas relaciones, en lugar de hacer a una chica ‘más mujer’, pueden hacerla menos femenina.
”Si pudiese hablar con los padres, les instaría a que inculcasen [en sus hijos] amor propio y normas elevadas.”
En realidad, los jóvenes que gozan de una estrecha relación con sus padres y que se sienten seguros en el seno de su familia y a gusto consigo mismos, corren mucho menos peligro de caer víctimas de la inmoralidad que los demás. Hoy existe una organización de más de cuatro millones de personas por toda la Tierra en la que los jóvenes reciben ayuda para aferrarse a unas normas muy superiores a las que generalmente se siguen en la actualidad.
En vista de todo esto, ¿cómo puede usted ayudar a sus hijos a protegerse de la aumentante inmoralidad del mundo de hoy? ¿Cómo puede usted ayudarles a vivir una vida mejor, más feliz y moral? De esto tratan los dos artículos siguientes.