Asamblea de circuito en Nigeria
Fué causa de gran regocijo el hecho de que seis personas, como resultado de la asamblea se deshicieran de los grillos de la religión y entraran en la organización del Señor. El sábado, cuando estaban en el servicio, los testigos visitaron a ciertos adoradores de jujus. Estos individuos desde luego vieron la locura de sus prácticas religiosas y quedaron convencidos por las sencillas verdades de la Biblia. El domingo los testigos volvieron a visitar a estas personas. “¿Qué haremos con todos nuestros jujus [fetiches]?” fué su pregunta. “¡Destrúyanlos!” fué la respuesta. “¿Quieren ayudarnos?” “¡Con mucho gusto!” En estilo verdaderamente a la Gedeón, un grupo de testigos se puso a quitar los jujus de los lugares en donde los tenían. Resultó una gran conmoción. Los vecinos se dieron prisa en venir. Algunos protestaron, otros egoístamente deseaban salvar los adornos y chucherías de estos objetos fetichistas. Pero los testigos estaban resueltos en hacer el trabajo bien completo. Un testigo empleó las palabras del padre de Gedeón para contestar a un vecino religioso, a saber, “Si son dioses los jujus, que peleen ahora y se salven.” ¡Cuán impotentes eran! Los testigos echaron toda esa basura en un bote, remaron hasta el centro del río, donde botaron los jujus, dejando que descendieran a una sepultura acuosa. ¡Destruídos para siempre! Y las personas de buena voluntad que anteriormente les servían ahora se regocijan en la esperanza de vivir eternamente.—Sucursal de Nigeria.