Un “Job“ moderno manteniendo su integridad
● Hace como seis años que mi esposa y mis hijos empezaron a estudiar las publicaciones de La Atalaya. En ese tiempo tuve que ir al hospital para una operación, porque tenía cáncer de la cara. Hace unos tres años que yo comencé a interesarme. Ahora sé que todo pasa para el bien de los que aman al Señor. Mientras estaba en el hospital el año pasado traté de usar el tiempo que me quedaba de un modo provechoso, de acuerdo con la instrucción que se nos da en Lucas 9:23. Algunos enfermos y algunas enfermeras me llamaron predicador y otros me llamaron Job. Puesto que Job era predicador de justicia lo consideré un honor que en todo mi sufrimiento me clasificaran en la misma clase con él. He tenido 49 operaciones, y he perdido el ojo derecho, la nariz, el paladar, las encías de arriba, los dientes y el labio superior, en realidad, ya casi no tengo cara. El 18 de abril de 1950 me dejaron salir del Hospital de Veteranos cerca de Atlanta, Georgia, un hombre curado. Tengo una cara nueva—plástica. Me parece que ésta durará hasta que Jehová tenga a bien hacerme otra. Toda la alabanza es para él. En cuanto a mí y mi casa, nosotros lo alabaremos a Él aun más y más.—M. H., Alabama.