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  • ¿Una medida de paz?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1953
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1953
w53 1/10 págs. 579-580

¿Una medida de paz?

PUEDE decirse que el ministerio de casa en casa es el fundamento de la actividad de los testigos de Jehová. Que es muy efectivo no puede negarse. No sólo han aumentado en número en los Estados Unidos un 50 por ciento sobre los tres años pasados sino que aun en esa fortificación católica romana, la provincia de Quebec, los testigos de Jehová presenciaron un aumento del 17 por ciento durante 1952.

En cuanto a cómo se siente el clero católico acerca de esta actividad de casa en casa de los testigos de Jehová aprendemos del Estrella de Montreal del 4 de abril de 1953, que cita al abate Maheux, M. en A., D.D., O.I.B., M.S.R., Laureat de L’Academie française. Bajo el encabezamiento de “Una medida de paz” este abate habla del interés de Pablo por el cristianismo joven como se nota en sus palabras a Tito: “Hay muchos insubordinados, . . . hombres que revuelven casas enteras, enseñando lo que no se ha de enseñar, por codicia de sórdida ganancia.”

Aplicando este texto (Tito 1:10, 11, BC) a nuestro tiempo el abate dice: “Se trata de hacer conversos y sacar ganancia de ello. Todavía se ve hoy: la venta ambulante de doctrina continúa.” Y objetando a la actividad de casa en casa continúa: “Gozosamente suprimiría a todos los agentes y vendedores de puerta en puerta que han llegado a ser una plaga para las casas de familia. En el caso de religión, de ideología, esta venta ambulante es infinitamente más detestable y culpable. Que tengamos un templo reconocido legalmente; que prediquemos; que invitemos a los ciudadanos mediante publicidad discreta, bien está; la libertad permanece. Pero la solicitación directa de puerta en puerta, después de todo, es una violación del hogar, y eso en la región más sagrada de la conciencia religiosa.”

Que el abate se refiere a la actividad de los testigos de Jehová, aunque no los menciona de nombre, es evidente, ya que ellos son las personas en Quebec que ‘venden como ambulantes doctrina de puerta en puerta’, para ira del clero católico. ¿Se les puede acusar de predicar por ganancia egoísta? ¿Cuáles son los hechos? Cierto, ellos dejan libros, que contienen de 300 a 400 páginas cada uno, con la gente por la contribución de 50 centavos; pero tomando en cuenta lo que cuesta publicar hoy, ¿cuánta ganancia representa eso? Además, con cada libro ofrecen dedicar una hora a la semana durante un año o más a ayudar al dueño a entenderlo sin que le cueste otro centavo. ¿Cuánta ganancia hay en eso? La realidad es que aun si los testigos de Jehová recibieran la contribución máxima por cada pieza de literatura que colocan, estarían recibiendo seis centavos de contribución por cada hora que usan predicando en las calles, de casa en casa y en los hogares de la gente. Pero ellos regalan mucha literatura, de modo que las verdaderas contribuciones recibidas serían sólo cuatro centavos por hora, y eso ni siquiera cubre el costo de la literatura. ¿Podría algo ser más fantástico que alegar que los testigos de Jehová se ocupan en su actividad por motivos de lucro?

Y eso no es todo. Cuando las personas vienen a sus Salones del Reino, no se les pide que contribuyan, no se pasa ninguna charola de colecta. Nada se dice acerca de cuotas de ingreso, porque no hay listas de miembros. No se oye nada acerca de ferias, juegos de bingo, u otros arreglos de juego con el propósito de juntar dinero. No hay cuota, estipulada o denotada, por la ejecución de matrimonios, por servicios bautismales o funerales. ¿Pueden decir lo mismo otras organizaciones religiosas? ¿Puede decir eso la iglesia del abate Maheux?

En cuanto a los métodos que los testigos de Jehová usan. ¿Ha de limitarse la libertad de predicar a los “templos reconocidos legalmente”? ¿Reconocidos legalmente por quiénes? ¿Por los oficiales políticos católicos romanos? ¿O quiere decir el abate que la libertad requiere que uno no sea molestado en su hogar por ministros cristianos? Si es así, entonces él no sólo está censurando a los testigos de Jehová sino a su grande e ilustre fundador Cristo Jesús y sus discípulos inmediatos, los apóstoles. Cristo Jesús no pudo haber pensado que el visitar las casas de la gente era “infinitamente más detestable y culpable” que el pregonar mercancías comerciales, porque las Escrituras contienen más de 130 referencias a su predicación en los hogares de la gente.

Y unos cuantos días después del Pentecostés los apóstoles estuvieron ocupados, pues “no cesaban todos los días, en el templo, y por las casas, de anunciar y de predicar a Jesucristo”. Y ¿qué hay del apóstol Pablo? Años después, estaba haciendo exactamente la misma cosa, como dijo a los superintendentes de la congregación de Éfeso: “Nada de cuanto os era provechoso, he omitido de anunciároslo y enseñároslo en público y por las casas.” (Hech. 5:42; 20:20, TA) Claramente, ninguno de los apóstoles enseñó que su predicación debería limitarse a “templos reconocidos legalmente”.

En realidad, el abate debería investigar su propia iglesia, porque durante el año pasado los católicos de la diócesis de San Diego se ocuparon en una campaña de casa en casa de cuatro meses, bajo la dirección del obispo Búddy. Nuestro visitante dominical, semanario católico americano, contó de los resultados: 95,000 hogares no católicos habían sido visitados; unos 5,000 católicos llamados de nuevo a sus filas; y casi 2,000 no católicos “convertidos”, es decir matriculados en clases de instrucción católica. Y se nos dice que esta campaña de San Diego “da una demostración notable de la eficacia de obreros laicos en reclutar miembros en perspectiva”. Realmente, los católicos de San Diego están dando cumplidos a los testigos de Jehová al imitar temporalmente su forma principal de actividad. Y, abate Maheux, ¿no sería mejor hacer esto que tratar de hacer observar “medidas de paz” tales como proscribir la actividad de casa en casa?

Cada seguidor individual de Cristo Jesús está comisionado para ir y hacer “discípulos de gente de todas las naciones”, y el mandamiento profético dice que “estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio”. Dado que la palabra de Jehová no puede regresar a él sin cumplirse, los testigos de Jehová continuarán predicando de toda manera eficaz posible a pesar de las objeciones de los opositores y sus “medidas de paz” de ‘agravio hecho bajo forma de ley’. (Sal. 94:20; Isa. 55:11; Mat. 24:14; 28:19, 20, NM) Tal siendo el caso, que todos los opositores, como el abate Maheux, noten las palabras de Pablo: “Porque no podemos hacer nada contra la verdad, sino sólo a favor de la verdad.”—2 Cor. 13:8, NM.

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