No para las iglesias
● Escribiendo en The Christian Century del 30 de abril de 1958 Simeón Stylites relata acerca del discurso que pronunció en una ocasión el obispo metodista Francisco J. McConnell: “Su tema era lo que sucedería si en una conferencia anual metodista surgiera el asunto de dar al profeta Amós un nombramiento. . . . Arregló . . . una reunión de conferencia del consejo de ministros con los superintendentes de distrito. . . . Uno por uno vertieron lágrimas amargas, expresando imperecedera admiración por el profeta Amós, y explicando por qué les era imposible darle una iglesia en sus distritos.
● “El superintendente del distrito del Norte dijo en una voz que titubeaba . . .: ‘Bien saben ustedes cómo amo y estimo al hermano Amós. . . . Pero le falta la prudencia necesaria para la Iglesia Gracia. Dice lo que piensa toscamente y nunca se vale de la suavidad, y la gente de la Iglesia Gracia necesita mucha suavidad. Están en una campaña de construcción. Si el hermano Amós propusiera menos en cuanto a asuntos controversiales y más maneras de reunir fondos, sería mucho mejor. . . .’
● “Luego se expresó el superintendente del distrito de Occidente. ‘Yo también le tengo mucho cariño al hermano Amós,’ dijo él. ‘Muchos de sus sermones me han conmovido profundamente. ¡Cuánto quisiera ponerlo en la Iglesia Trinidad! Pero simplemente no tiene la elocuencia debida. Ha sido un lugar de grandes predicaciones. . . . El hermano Amós es un hombre llano y brusco que habla directamente. No tiene aquella fineza literaria u oratoria que la gente de Trinidad está acostumbrada a oír. Lo siento mucho.’”