“Una nueva era de violencia”
● Unos diez años después de la I Guerra Mundial, Sidney Bradshaw Fay escribió una obra de dos tomos titulada “Los orígenes de la Guerra Mundial.” Es una investigación de las causas fundamentales e inmediatas de esa sangrienta conflagración. Dos años después revisó la obra, y recientemente esta revisión de 1930 se publicó en una edición en rústica. En una introducción especial de esta edición en rústica, el Sr. Fay hizo esta observación acerca del significado de la I Guerra Mundial: “Hoy, repasando más de medio siglo de estudio, estoy más impresionado que nunca por el tremendo impacto que la Guerra Mundial de 1914-18 ha tenido sobre los desenvolvimientos mundiales de los siguientes cincuenta años. La guerra introdujo un período de cambio internacional político y social que es sin par en la historia. . . .
“La Guerra Mundial también inició una nueva era de violencia que se contrastó grandemente con la era de paz comparativa que la había precedido. En este período más temprano, de 1815 a 1914, la paz por lo general prevaleció en Europa salvo por algunas guerras ‘locales’ que se pelearon con armas tradicionales, fueron comparativamente de corta duración, y causaron poca destrucción. La mayor parte de Asia y de África todavía se hallaba tolerablemente tranquila bajo el colonialismo impuesto por poderes imperialistas europeos. . . . Sin embargo, después de 1914 las guerras ‘pequeñas’ estallaron en conflictos globales que rabiaron por varios años y se pelearon con nuevas armas como submarinos, tanques y proyectiles aéreos que causaron terribles pérdidas de vida y propiedad. Al mismo tiempo, en Asia y África, las poblaciones amarillas y de cutis moreno, ya no tranquilas, comenzaron una lucha para acabar con toda la dominación colonial europea y establecer su propia independencia y poder.”
Ha sucedido exactamente como predijo Jesús, hace diecinueve siglos, que en los “últimos días” de este inicuo sistema de cosas habría “sobre la tierra angustia de naciones.” Sabiendo el significado de estos acontecimientos, los cristianos fieles alzan la cabeza y corazón con confianza en que su “liberación se acerca.”—Luc. 21:25, 28.