“Droga milagrosa” para el desarrollo de los infantes... el amor
Con regularidad, en el Hospital Infantil San Cristóbal, de Filadelfia, se admite infantes pequeñísimos que “no desarrollan”. Por lo general son mucho más pequeños y pesan menos que los infantes de término medio y sufren de un grado severo de diarrea y deshidratación. Lloran constantemente para que los tomen en los brazos. Cierto infante varón de seis meses, cuando llegó al hospital, tenía una calva en la parte trasera de la cabeza, lo cual indicaba que sus padres casi nunca lo levantaban.
Por algún tiempo, se sostuvo la teoría de que tales infantes no crecían debidamente porque la glándula pituitaria no producía cierta hormona del crecimiento. Pero los médicos y las enfermeras del Hospital San Cristóbal opinan que “en la mayor parte de los casos falta estímulo, falta un ambiente de amor que fomente el desarrollo sicológico del niño”. Un médico en el Hospital Infantil de Boston informa: “Cuando dejan de ser infantes tristes y enfermizos y llegan a ser niños felices que participan con otros en actividades, entonces empiezan a crecer”.
Si los padres consideraran a sus hijos como “una herencia de parte de Jehová”, como dice la Biblia que lo son, no ‘faltaría un ambiente de amor’ (Salmo 127:3). Ciertamente requiere tiempo y esfuerzo cuidar de cualquier herencia y hacer crecer tales bienes. Queda por ver el papel que desempeña la hormona del crecimiento en el desarrollo del infante. Pero sí hay una “droga milagrosa” que usted puede usar sin peligro para ayudar a su niño a crecer y llegar a ser una persona saludable y normal... EL AMOR.