“Una tarde muy feliz” en Abidján
“ESTA es una tarde sumamente feliz para la Costa de Marfil”, dijo A. D. Schroeder, miembro del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, cuando comenzó el programa de dedicación del nuevo edificio de sucursal de Abidján. Los 500 invitados presentes, el 27 de febrero de 1982, tenían toda razón para sentirse así. Había razón para regocijarse, no tan solo por el hermoso edificio nuevo en sí, sino también por la clara manifestación de que Jehová había bendecido los esfuerzos de ellos en la obra misional que se ha estado llevando a cabo en Costa de Marfil y Alto Volta.
En 1971 la Sociedad Watch Tower estableció una sucursal en Abidján para que supervisara la obra de predicar de estos dos países. Esta consistía en una oficina y habitaciones para cuatro personas en un pequeño apartamento que quedaba en un tercer piso. ¡La obra adelantó tan rápidamente que en poco tiempo ya no se podía atender en aquella oficina pequeña la gran cantidad de trabajo que había! Así, en 1978, se adquirió un lugar en Deux Plateaux, un suburbio en desarrollo que está a tres kilómetros del centro del pueblo, para construir una sucursal nueva.
El 1 de junio de 1980 se comenzó la construcción. Voluntarios de las dieciséis congregaciones de Abidján efectuaron casi todo el trabajo. Todos los domingos cuatro congregaciones diferentes enviaban veinticinco voluntarios cada una, incluso a madres que cargaban a sus bebés en la espalda, para ayudar en la construcción. Esta obra requirió finalmente unas 30.000 horas-hombre, lo cual equivale a catorce personas que trabajen cuarenta horas a la semana durante todo un año. Dos Testigos que tienen experiencia en construcción viajaron de Francia a Abidján para ayudar en la obra durante un año. Esto, además de los materiales que contribuyeron o dieron a precio de coste los hermanos y las personas interesadas en el mensaje bíblico, hizo posible que se construyera el edificio por la mitad del costo más bajo que habían calculado los contratistas privados.
Ahora miremos rápidamente el edificio. (Sírvase ver el dibujo arriba.) Tan pronto entramos por la puerta principal, subimos dos escalones y pasamos dos jardineras grandes llenas de plantas tropicales y flores, y llegamos directamente al vestíbulo, cuyo piso es de mármol. A la derecha hay un Salón del Reino grande con capacidad para doscientas personas. A la izquierda hay tres oficinas y tres dormitorios. Arriba hay cinco dormitorios más, lavandería, cocina, comedor y una biblioteca que conduce a una terraza que queda sobre el Salón del Reino. El departamento de envíos y el taller de carpintería están en el sótano, donde también hay un garaje.
Los invitados al programa de dedicación, muchos de ellos vestidos con trajes típicos llenos de color, quedaron muy impresionados. Rebosaban de entusiasmo y aprecio, no solo por el excelente nuevo edificio sino, más aún, por la alabanza y la honra que éste traería al Dios feliz, Jehová, quien ha otorgado el aumento. Ciertamente fue “una tarde muy feliz”.