Un acontecimiento que no debe perderse
“Toda dádiva buena y todo don perfecto” provienen de Dios, nuestro Padre celestial. (Santiago 1:17.) La mayor dádiva que Dios ha dado a la humanidad caída es la provisión para su redención mediante su Hijo unigénito, Jesucristo. La muerte de Jesús, nuestro Rescatador, hace posible la obtención de vida eterna en una Tierra paradisíaca. En Lucas 22:19 se nos manda conmemorar su muerte.
Los testigos de Jehová le invitan afectuosamente a unirse a ellos en cumplir este mandato de Jesús. Dicha observancia anual tendrá lugar después de la puesta del sol en la fecha correspondiente al 14 de Nisán del calendario lunar bíblico, a saber, el martes 2 de abril de 1996. Apúntela para que no la olvide. Los testigos de Jehová de su localidad le informarán el lugar y la hora precisos de reunión.