Cómo llegar al corazón de un niño
¿ALGUNA vez se ha sentido triste al ver a un niño divirtiéndose con armas de juguete? Tales escenas son frecuentes incluso entre los más pequeños, puesto que la violencia se ha extendido al mundo del entretenimiento. ¿Cómo lograr que un niño cambie sus juguetes bélicos por juguetes pacíficos? Waltraud, una misionera que ha servido muchos años en África, halló la manera de hacerlo.
La guerra la obligó a abandonar el país donde vivía y mudarse a otro país africano. Allí comenzó a impartir clases de la Biblia a una mujer que tenía un hijito de cinco años. Siempre que la visitaba, el niño estaba entretenido con una pequeña pistola de plástico, que era su único juguete. La misionera nunca lo vio apuntar a nada con ella, pero la abría y la cerraba continuamente, como si la estuviera cargando.
Waltraud le preguntó un día:
—Werner, ¿sabes por qué vivo en tu país? Es por culpa de la guerra. Tuve que huir del mío para escapar de hombres peligrosos que disparaban a la gente con pistolas como la tuya. ¿Crees que disparar es bueno?
—No —contestó Werner apenado.
—Tienes mucha razón —puntualizó Waltraud. Y añadió: “¿Sabes por qué te visito a ti y a tu mamá todas las semanas? Es porque los testigos de Jehová queremos ayudar a la gente a vivir en paz con Dios y con los vecinos”. Con el permiso de la mamá de Werner, la misionera le dijo: “Si me das tu pistola, la tiraré, y prometo traerte un camión de juguete con cuatro ruedas”.
El niño le entregó la pistola. Cuatro semanas después llegó su nuevo juguete: un camión de madera, que él recibió con una gran sonrisa.
¿Dedica usted tiempo a hablar con sus hijos, tratando de llegarles al corazón para que sean ellos quienes decidan deshacerse de las armas de juguete? Si así lo hace, les estará enseñando una lección que les será de provecho para toda la vida.