La caja de preguntas
● ¿Está obteniendo su congregación los beneficios que resultan de compartir los privilegios de servicio con todos los hermanos capaces y calificados que se asocian con ella?
Sobre los hombros de los ancianos cae la gran responsabilidad de enseñar. Es por eso que por lo general ellos son los que reciben la asignación de conducir los estudios de libro de congregación y pronunciar los discursos públicos y los discursos de instrucción. No obstante, esto no significa que siervos ministeriales capaces no podrían encargarse de algunas de estas responsabilidades. El grado a que se usen estos hermanos depende de cuánto se necesiten sus servicios y de su habilidad para enseñar. A menudo es muy práctico el que los ancianos reciban ayuda de los siervos ministeriales en esta clase de enseñanza.
Por ejemplo, el libro Organización en las páginas 80 y 81 explica que sería provechoso que los ancianos condujeran los estudios de libro debido a que hay enseñanza envuelta, tal vez hasta conduciendo más de un estudio si las circunstancias lo permiten. Pero también declara: “Si se necesitan más conductores de estudio de libro, el cuerpo de ancianos local puede solicitar que ciertos siervos ministeriales que dan evidencia de poder enseñar sirvan como conductores sustitutos, hasta el tiempo en que haya un anciano disponible.” Esta provisión sirve para evitar que los ancianos lleguen a estar tan ocupados al encargarse de varios estudios que no puedan dar atención apropiada a otras responsabilidades y aspectos de las necesidades de la congregación.
De modo similar, no es bueno pasar por alto la posibilidad de recibir ayude de hermanos capaces que acaban de llegar a la congregación. Por lo tanto, si un hermano que ha sido nombrado como anciano o siervo ministerial en otra parte se muda a otra congregación, no siempre es necesario esperar varios meses para familiarizarse con él. Más bien, los ancianos harían bien en enviar prontamente una carta a los ancianos de la congregación de la cual vino el hermano para obtener sus comentarios acerca de sus calificaciones y las recomendaciones de ellos. Si su recomendación es favorable y los ancianos de la congregación donde él ahora se asocia están convencidos de que él satisface los requisitos, puede enviarse una recomendación al cuerpo gobernante. Mientras tanto, el cuerpo local de ancianos puede determinar cómo usar al hermano para ayudar a la congregación.