Presentando las buenas nuevas... ¿está usted trabajando eficazmente su territorio?
1 ¿Sabe usted que, en promedio, por cada publicador en los Estados Unidos hay aproximadamente 369 personas que necesitan oír las “buenas nuevas”? ¿Por qué es tan vital que todos reciban el mensaje del Reino? Esto se debe a que sus vidas mismas, así como las nuestras, están en peligro. (Eze. 3:17-19; 33:6; 1 Tim. 4:16) Muchas personas todavía están respondiendo a las “buenas nuevas” por todo el país. De modo que deberíamos estar interesados no solo en cuántas veces podemos trabajar completamente nuestro territorio en un período dado, o en la cantidad de literatura que podemos colocar, sino en la cantidad de personas a las cuales podemos llevar el mensaje bíblico del Reino.
2 A fin de trabajar nuestro territorio a cabalidad, no debemos pasar por alto el valor de llevar un registro exacto de las personas que no están en casa. ¿Mantiene usted un registro de esa índole, y después, regresa usted y trata de hablar con las personas que viven en cada una de esas casas? Como usted sabe, puede que en su primera revisita no las halle en casa. Pero trate otra vez. Si después de hacer varias visitas no obtiene resultados, ¿por qué no trata de llamarlas por teléfono, o tal vez de escribirles una carta? No se dé por vencido hasta que se ponga en comunicación con ellos. Necesitan oír las “buenas nuevas.” Ninguno de nosotros debería pensar que el territorio ha sido completamente trabajado si todavía nos quedan aunque sea unas pocas casas en las que no nos hemos podido comunicar con los ocupantes, ya sea en persona o por correo. Sin embargo, sería útil el entregar el territorio por lo menos al fin de cuatro meses. Si es prudente, puede volverlo a solicitar.
3 Por supuesto, las personas en que particularmente nos interesamos son las que escuchan con aprecio el mensaje del Reino. Algunas de estas personas aceptan literatura; otras sencillamente muestran interés en las cosas que les señalamos de la Biblia. Sin embargo, en cada caso, ¿no deberíamos estar haciendo planes para hacer una revisita? Si tenemos eso presente, deberíamos mantener un buen registro que muestre el nombre del amo de casa y cualquier otra información que nos ayude a continuar atendiendo el interés que el individuo ha mostrado. ¿Tiene sentido el ir a trabajar más territorio semana tras semana si no estamos haciendo revisitas a las personas que ya han mostrado interés en el mensaje? ¿Podemos decir en realidad que estamos trabajando eficazmente nuestro territorio si no hacemos esas revisitas? Hasta después de haber entregado un territorio, debemos continuar atendiendo a cualquier persona que haya mostrado interés cuando le hablamos.
4 Al tener presente el trabajar eficazmente nuestro territorio, quizás hallemos que ciertos de los temas de conversación que se recomiendan no son muy bien recibidos en cierto territorio en particular. Esto pudiera deberse a los antecedentes religiosos, sociales, o culturales de la gente que vive en el territorio. En ese caso, quizás le parezca prudente usar otro tema de conversación. Tal vez uno de los muchos excelentes temas que han salido en números anteriores de Nuestro Servicio del Reino sea más apropiado para ese tipo de territorio en particular. Por ejemplo, podemos apreciar el hecho de que en sectores predominantemente judíos tendríamos que cambiar considerablemente el modo de abordar que usaríamos en territorios predominantemente católicos. Esto aplicaría también en otras circunstancias. Por medio de usar discernimiento y ser adaptables en nuestras presentaciones, quizás podamos estimular el interés de la gente de nuestro territorio en el mensaje de la Biblia.
5 Como todos sabemos, algunos territorios son más productivos que otros. En vista de esto, no deberíamos insistir en trabajar todos los territorios en estricta alternación. Esto significa que algunos territorios pueden trabajarse más a menudo que otros. Ciertamente, es preciso trabajar todo el territorio de la congregación, y sería provechoso el trabajarlo todo cabalmente por lo menos una vez al año. Pero estamos especialmente interesados en hacer discípulos. Así es que, si algunas zonas muestran ser más fructíferas que otras, quizás sería provechoso trabajar éstas más a menudo. En su servicio el apóstol Pablo no trabajó cada provincia del Asia Menor sobre la base de una alternación estricta. Él siguió la dirección del espíritu de Jehová, y ese espíritu lo dirigió a zonas que resultaron ser fructíferas en producir nuevos alabadores de Jehová.—Hech. 16:6-10, 14; 18:9-11.
6 El propósito de trabajar eficazmente nuestro territorio es dar a la gente la oportunidad de llegar a conocer las “buenas nuevas.” A medida que hallemos interés, pues, podemos estar alerta a demostrar nuestro arreglo de estudio bíblico, a fin de hacer discípulos de las personas que tienen cualidades de oveja, en obediencia al mandato de Jesús.