Presentando las buenas nuevas... por medio de mostrar interés personal en otras personas (Parte II)
1 Un matrimonio recordaba el pasado y hablaba acerca del hermano que había estudiado la Biblia con ellos. El hermano había estudiado solo hasta el quinto año de escuela primaria y el hombre a quien él enseñaba en su estudio bíblico era muy instruido en educación seglar. El matrimonio dijo: “Nos impresionó tanto su actitud humilde, y sin embargo sincera y amorosa, su interés en nosotros, que aceptamos estudiar con él.” ¿Por qué le fue posible a este hermano, aunque tenía poca educación seglar, ayudar a esta persona tan instruida y a su esposa a aprender la verdad? Fue porque demostró sincero interés personal en ellos.
2 Algunos han dicho: “No tengo experiencia al hablar con la gente a las puertas y lo encuentro difícil.” Quizás usted también se sienta así. Sin embargo, el sincero interés personal que usted despliegue para con otras personas puede ayudarle a alcanzarlas de todos modos.
3 ¿Qué hace usted cuando le presentan objeciones o le hacen preguntas que usted no puede contestar con facilidad? Debido a que usted está sinceramente interesado en ayudar a la gente con quien usted ha hablado, más tarde puede buscar información sobre el tema que se haya considerado y tomar nota de los textos bíblicos que apoyen el tema, o quizás desee examinar los textos que se alistan en el folleto Temas bíblicos para consideración bajo ese tema en particular. Sí, podemos mostrar interés personal en otras personas de muchas maneras.
4 Por medio de hacer preguntas, más bien que decirlo todo, usted muestra que se interesa en lo que el amo de casa opina. Hay preguntas que exigen opiniones (¿Cree usted que Dios participará en los asuntos del hombre?), preguntas que sugieren la respuesta deseada (¿Cuál cree usted que es el mayor problema al que se enfrentan las familias hoy?), y hasta preguntas hipotéticas (Si usted tuviera el poder, ¿qué haría para cambiar las condiciones del mundo?). Todas estas preguntas pueden usarse eficazmente para comprender mejor cómo piensa la persona.
5 No obstante, las preguntas serían de poco valor si no pausáramos para escuchar las contestaciones. Preste atención a lo que se dice; póngase en el lugar de la otra persona; esfuércese por comprender el punto de vista de ésta. Esto muestra que usted despliega empatía, que se interesa en el bienestar de la persona y que desea ayudarla. Puesto que la mente piensa mucho más rápido que lo que uno puede hablar, hay tiempo para analizar lo que la persona dice mientras ésta habla, llegar a conclusiones y determinar cómo contestar.
6 Cuando llegue su turno para contestar, esté alerta a las oportunidades en que pueda concordar con el amo de casa. Evite usar expresiones que indiquen que lo que él ha dicho no tiene mucho valor para usted. Más bien, conteste de modo que muestre que usted considera valioso el conocer el punto de vista del amo de casa. A la misma vez, ayúdele a ver el valor del mensaje del Reino y lo necesario que es aprender más acerca de éste.
7 Donde halle interés, piense en la persona después de salir de la casa de ésta. Ponga en el registro de casa en casa anotaciones apropiadas que indiquen el nombre de la persona y el tema que se haya considerado. Prepárese y planee de antemano para hacer una revisita, y muestre así que usted se interesa en la persona y en el bienestar eterno de ésta. (Mar. 6:34) Es bueno aplicar estas sugerencias, a la vez que le ora a Jehová para que bendiga los esfuerzos que usted hace.—1 Juan 3:22.