Presentando las buenas nuevas... deje una buena impresión
1 Desde el momento en que usted llama a la puerta y hasta después de que usted se ha despedido, las personas tienden a considerarlo como representante de todos los testigos de Jehová. A menudo, se juzga el mensaje del Reino de acuerdo con esta impresión. A fin de dejar una buena impresión, se querrá poner el mensaje del Reino en primer lugar, a la vez que uno permanece en segundo lugar. Es esencial que la ropa de uno esté bien arreglada y limpia, y que se tenga una apariencia pulcra. Se deben evitar las modas o las excentricidades. También, es importante tener una actitud mental correcta para con las personas con quienes hablamos.
2 Si es posible, queremos que los amos de casa queden con una disposición más amigable que la que tenían cuando los abordamos. Si realmente están ocupados, sería mejor, cortésmente, hacer arreglos para volver en otra ocasión, en vez de que tengan el recuerdo de que uno les hizo “perder una cita.” Se les puede dejar un tratado para que lo consideren mientras tanto.
3 A medida que estemos dando nuestra presentación, puede que ellos hagan surgir argumentos en contra del mensaje. Refute tales argumentos de manera discreta y bondadosa. El responder ásperamente o el mostrar desdén a las creencias de ellos, solo hará que los razonamientos falsos queden más hondamente atrincheradas en la mente de los amos de casa.
4 En todo momento, mire directamente a la persona con quien esté hablando, puesto que esto permite que las expresiones faciales de usted comuniquen pensamientos apropiados. Una ayuda hacia tal fin es la preparación adecuada. Es difícil convencer a otra persona acerca de la importancia de lo que se le está hablando si uno mismo no está plenamente convencido. El no dirigir la vista directamente al amo de casa pudiera indicar que uno no es sincero, que es tímido o que carece de confianza.
5 Haga que las personas respeten el mensaje por medio de presentarlo, no como si estuviera disculpándose por ello, sino, de modo directo, amigable y de conversación. Emplee estas cualidades esenciales para hacer que sus conversaciones sean más eficaces.
6 Si después de su consideración ellos rehúsan aceptar la oferta de literatura, hágales saber que usted agradece el haber tenido la oportunidad de hablar con ellos. En vez de mostrarse desanimado, gustosamente ofrézcales un tratado o una hoja suelta para que lo lean.
7 El dejarles una buena impresión no termina tan pronto como se cierra la puerta tras usted. A menudo, los amos de casa vigilan a uno hasta que se esté fuera de la vista de ellos. Acciones, gestos o expresiones faciales imprudentes pudieran interpretarse como muestra de falta de sinceridad. Comentarios tocante a la visita, o consejo audible al compañero de uno acerca de lo que se pudiera haber dicho o hecho, pudieran oírse e interpretarse mal. En toda ocasión, compórtese con dignidad cristiana a fin de dejar una buena impresión en la mente de las personas.