Superintendentes que llevan la delantera. El superintendente de servicio
1 El superintendente de servicio tiene un profundo interés en todo lo que tiene que ver con el progreso de la obra evangelizadora en el territorio asignado de la congregación; por consiguiente, su ayuda es fundamental para que podamos cumplir nuestra obligación de predicar las buenas nuevas. Como evangelizador celoso, lleva la delantera en la organización de todos los asuntos relacionados con el servicio del campo, y como maestro eficiente, ayuda a los publicadores individualmente a ser más hábiles en el ministerio (Efe. 4:11, 12).
2 Este anciano supervisa directamente el trabajo de los siervos ministeriales que están encargados de los departamentos de literatura, revistas y territorios. Es su deber asegurarse de que haya en existencia suficientes publicaciones y formularios de servicio para nuestro uso todos los meses. Una vez al año extrae del archivo de territorios las direcciones de los hogares donde se nos ha pedido que no vayamos, y asigna a hermanos capacitados para que los visiten.
3 El superintendente de servicio se encarga de supervisar las diferentes formas de predicación, como en los negocios, en las calles y por teléfono. Cuida de que haya planes prácticos para la predicación durante la semana, incluso los días festivos. Muestra verdadero interés en la actividad de los estudios bíblicos. Busca la manera de dar ayuda espiritual a los que se hacen irregulares o inactivos en el ministerio. Se preocupa mucho por los precursores y sigue de cerca el desarrollo del programa “Los precursores prestan ayuda”.
4 Como miembro del Comité de Servicio de la Congregación, propone cualquier cambio que sea necesario en los grupos de Estudio de Libro de Congregación. Cuando visite su grupo, asista sin falta y participe con él en el servicio del campo.
5 Todos en la congregación debemos cooperar de buena gana con las instrucciones que nos dé el superintendente de servicio, pues ello contribuirá a que seamos más eficientes en la obra de hacer discípulos y que gocemos más de nuestro ministerio.