Los superintendentes de Estudio de Libro de Congregación muestran interés personal
1 El objetivo del Estudio de Libro de Congregación es dar “más atención personal al desarrollo espiritual de cada persona [...]. En esto hay un reflejo de la bondad amorosa y el interés tierno de Jehová en su pueblo” (om-S pág. 75; Isa. 40:11). El cometido del superintendente de estudio de libro es clave para proporcionar tal atención.
2 En el estudio de libro. Como el tamaño del grupo se mantiene reducido, al superintendente le es posible llegar a conocer bien a los miembros que lo integran (Pro. 27:23). Antes y después de las sesiones de estudio semanales suele haber ocasión de conversar. Al cabo de un mes, tal vez haya hablado con casi todo el grupo. Esto ayuda a que los demás se sientan con la libertad de abordarlo cuando afronten pruebas o necesiten estímulo (Isa. 32:2).
3 El superintendente procura animar a todos a participar durante el estudio. Una forma de hacerlo es dirigiendo la reunión con amabilidad y bondad (1 Tes. 2:7, 8). También busca maneras de incluir en la reunión a todos los asistentes, hasta a los más jóvenes. Si percibe que a algunos les cuesta comentar, tal vez decida ayudarlos en privado mediante asignarles de antemano la lectura de un texto bíblico o cierto comentario específico. O quizá les enseñe a expresarse en sus propias palabras.
4 Si el auxiliar del superintendente de estudio de libro es un siervo ministerial, el superintendente le pedirá que dirija el estudio una vez cada dos meses. Así podrá observarlo y ofrecerle sugerencias prácticas. ¡Qué magnífica oportunidad de ayudar a los hermanos a mejorar su arte de enseñar! (Tito 1:9.)
5 En el ministerio del campo. Una de las responsabilidades más importantes del superintendente de estudio de libro es llevar la delantera en la evangelización (Núm. 27:16, 17). Planifica de forma práctica la predicación en grupo y se esfuerza por ayudar a todos a disfrutar del ministerio (Efe. 4:11, 12). Para lograr esto último, se propone predicar con todos los miembros del grupo. Además, colabora con el superintendente de servicio para que quienes deseen mejorar en alguna faceta del ministerio reciban la ayuda de un publicador más experimentado.
6 Un pastor afectuoso. El superintendente se interesa en aquellos cuyas circunstancias tan solo les permiten predicar un poco. Se asegura de que los hermanos que están limitados por la edad avanzada o por hallarse confinados en casa, o aquellos a quienes condiciona de forma temporal una enfermedad o lesión grave sepan que pueden informar su actividad en el servicio del campo en fracciones de quince minutos si no superan una hora al mes (el Comité de Servicio de la Congregación determina a quiénes es aplicable tal provisión). Asimismo se interesa en los inactivos de su grupo y los anima a reanudar su actividad con la congregación (Luc. 15:4-7).
7 Estamos sumamente agradecidos por el interés afectuoso que muestran los superintendentes de estudio de libro. Su atención personal nos ayuda a “alcanzar la unidad en la fe [...], a la medida de estatura que pertenece a la plenitud del Cristo” (Efe. 4:13).