Pablo trabaja para mantenerse mientras predica en Tesalónica
La Primera Carta a los Tesalonicenses es el más antiguo de los escritos inspirados de Pablo. Él visitó Tesalónica alrededor del año 50 de nuestra era durante su segundo viaje misionero. La congregación que se formó en aquella ciudad enseguida se enfrentó a oposición, lo que obligó a Pablo y a Silas a abandonar la ciudad (Hch 17:1-10, 13). Hablando del tiempo que pasó allí, Pablo dijo que tanto él como sus compañeros trabajaron “día y noche” a fin de no convertirse en “una carga económica” para los hermanos de Tesalónica (1Te 2:5-9). Como Pablo sabía hacer tiendas de campaña, puede que recurriera a este oficio para mantenerse durante su ministerio (Hch 18:2, 3). Y seguro que, mientras trabajaba, aprovechaba para predicar a las personas con las que trataba.
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