¿Cómo se efectúa?
OTRO problema al que hay que hacer frente es éste: si la evolución es verdad, ¿cómo se efectúa? ¿Qué hace que las cosas vivas cambien tanto que plantas y animales unicelulares se transformen en formas de vida cada vez más elevadas?
Los evolucionistas dicen que los responsables son los cambios dentro del núcleo de la célula. Creen que los principales mecanismos implicados son los genes, los segmentos de los cromosomas que transmiten los caracteres hereditarios.
Estos cambios en los genes se llaman mutaciones. Se dice que éstas son responsables de la producción de características nuevas, y la razón por la que las formas de vida unicelulares pudieron evolucionar en ascenso hasta el hombre. El profesor P. Koller, genetista británico, declara: “Las mutaciones proveen variedad, y por esta razón, son necesarias para el progreso evolucionario.”
¿Producen algo NUEVO?
Pero, ¿verdaderamente producen estos cambios, las mutaciones, características nuevas? No, no lo hacen. Como lo señala el profesor Moore: “Cualquier mutación de un gen resulta en solo la alteración de rasgos que ya existían o se conocían.” Cada mutación de un gen es solo una variación de un rasgo que ya existía. Proveen variedad, pero nada completamente nuevo.
Por ejemplo, las mutaciones genéticas quizás cambien el color, la textura o el largo del cabello de una persona. Pero el cabello siempre será cabello. Nunca se convertirá en plumas. La mano de una persona quizás cambie debido a las mutaciones, pero siempre será una mano, no el ala de un pájaro. Lo que es más, esos cambios solo varían dentro de cierta esfera, alrededor de un término medio central. Ilustremos: la gente puede crecer hasta 2,10 metros de altura (watusis) o 1,20 metros de altura (pigmeos). Unos pocos pasan de 2,10 metros (la Biblia se refiere a un hombre de esa clase... Goliat, que medía 2,88 metros) y unos cuantos enanos tienen menos de 1,20 metros. Pero las mutaciones nunca harán que la gente crezca a 6 metros de alto o a solo 15 centímetros de alto. La mayoría variará en torno del promedio central de 1,50 a 1,80 metros.
Además, las variaciones debido a las mutaciones por lo general son muy pequeñas, y nunca resultan en características totalmente diferentes. Es por eso que el autor de Darwin Retried relata lo siguiente acerca del muy respetado genetista, el difunto Richard Goldschmidt: “Después de observar las mutaciones en las moscas de los frutos por muchos años, Goldschmidt se desesperó. Los cambios, se lamentaba, fueron tan desesperadamente micro [pequeños] que si mil mutaciones se combinaran en un espécimen, todavía no habría especies nuevas.”
Un problema más serio
Pero todavía hay otro problema más serio relacionado con este asunto. Tiene que ver con la naturaleza de estos cambios de lo que es normal. Los cambios, sea de cromosomas o genes, por lo general son indeseables.
Por ejemplo, el libro Chromosomes and Genes dice de los cambios en los cromosomas: “Muchos producen incapacidades tanto físicas como mentales.” Cuando un humano nace con cuarenta y siete cromosomas en vez de cuarenta y seis, quizás sea mongólico o tenga otras deficiencias mentales y físicas. Cuarenta y ocho cromosomas producen en los humanos defectos mentales y deformaciones físicas.
Se observa lo mismo en la mutación de los genes. El evolucionista Koller reconoce: “La mayoría de las mutaciones genéticas son retrógradas y dañinas, y quizás sean letales.” También dice: “Los estudios extensos han . . . demostrado el hecho de que la mayor proporción de las mutaciones son perniciosas para el individuo que porta el gen en el cual ocurrió la mutación. Se halló en experimentos que, por cada mutación de éxito o provechosa, hay muchos miles que son perjudiciales.”
Así es que se reconoce comúnmente que las mutaciones hacen al organismo que las porta, más débil, menos fértil, y de vida más corta que sus equivalentes normales. Stebbins muestra que cuando a insectos que habían mutado se les dejaba competir con los normales el resultado siempre era el mismo: “Después de más o menos generaciones los mutantes son eliminados.” No podían prosperar, porque eran degenerados.
Si las mutaciones son tan importantes para la evolución, entonces les deberíamos dar la bienvenida, de hecho, debíamos estimularlas. Pero note lo que dice Asimov: “La exposición a un aumento de radiación no puede menos que aumentar el promedio de la mutación. Este es un hecho molesto, porque la mayoría de las mutaciones son perjudiciales.” Sin embargo, después de admitir eso, concluye: “A la larga, por supuesto, las mutaciones hacen que el derrotero de la evolución adelante y continúe su ascenso.” ¿Le parece razonable?
¿Parece lógico que todas las células asombrosamente complejas, los órganos, los miembros y los procesos en las cosas vivas hayan sido construidos de un procedimiento que demuele? Recuerde que, como lo reconocen los evolucionistas, “por cada mutación de éxito o provechosa, hay muchos miles que son perjudiciales.”
Si usted quisiera construir una casa, ¿contrataría a un constructor que, por cada trabajo bien hecho, entregaría miles que fueran incorrectos? Si al conducir un automovilista hiciera miles de malas decisiones por cada decisión correcta, ¿querría viajar con él? Si un cirujano hiciera miles de movimientos equivocados por cada movimiento correcto al operar, ¿querría que él lo operará a usted?
Por ejemplo, ¿pudiera haberse construido el ojo humano por medio de un procedimiento tan chapucero? Para que la visión sea posible, todas las muchas partes del ojo tienen que estar completas y en perfecto funcionamiento. Si el mínimo detalle anda mal, o alguna parte está incompleta, el ojo no funciona. Es inútil.
Los evolucionistas afirman que la “naturaleza” solo acepta los cambios que le confieren algún uso inmediato o ventaja al organismo. Según su teoría el ojo jamás pudo haberse formado.
Considere también que hay diferentes tipos de ojos, en los humanos, en los animales, en los insectos, en los pájaros y en los peces. Esa variedad de ojos significa que la evolución del ojo tiene que haber sucedido, no una vez, sino muchas, muchas veces, de distintas maneras. ¿Ha oído usted alguna vez que diferentes cámaras fotográficas llegaran a existir de esa manera, “accidentalmente”? No, necesitan un diseñador y un fabricante. Y sin embargo, una cámara fotográfica es muy sencilla en comparación con un ojo.
Por lo tanto, es comprensible por qué el evolucionista Salisbury comentó acerca del ojo: “Es bastante malo tener que explicar el origen de esas cosas una vez, pero la idea de producirlas varias veces según la teoría moderna [de la evolución] me da vértigos.”
Además, ¿cuán frecuentemente ocurren las mutaciones? La enciclopedia World Book declara: “Las mutaciones naturales ocurrieron tan raramente que los investigadores hicieron pocos progresos.” Para estudiar las mutaciones, hubo que producirlas con rayos X y medios químicos. Como dice el evolucionista Stebbins: “Las proporciones de las mutaciones varían ampliamente . . . pero siempre son bajas. Experimentos directos para determinar la causa de las mutaciones ‘espontáneas’ son casi imposibles debido a la baja proporción de su ocurrencia.” Y Koller dice: “La probabilidad de que pueda ocurrir tal error en un gen es de una en cien millones.”
¿Evolución... o degeneración?
Así es que, a la mutación se le llama una “equivocación.” La posibilidad de que ocurra una es de “una en cien millones.” De las que sí ocurren, “por cada mutación de éxito o provechosa, hay muchos miles que son perjudiciales.”
¿Le da todo esto la impresión de un procedimiento que mejora las cosas vivas, produciendo cosas mejores, nuevas? ¿O parece más bien como un procedimiento que demuele las que ya existen? ¿Es mejoramiento o degeneración?
En Chromosomes and Genes leemos: “Muller calcula que aproximadamente el seis por ciento de todas las personas nacen con alguna pérdida tangible de aptitud debido a las mutaciones genéticas. Por lo tanto no sorprende que algunos biólogos crean que mientras nuestra evolución cultural y técnica progresa, biológicamente la humanidad está degenerando, no mejorando.”
Ante tal evidencia, ¿a qué conclusión llega usted? ¿Es sólida la parte esencial de la teoría de la evolución, las mutaciones? O, en vez de eso, ¿no parece mucho más probable que las mutaciones perjudiquen a los individuos dentro de los géneros básicos de cosas vivas? Y, ¿no indican los hechos que cualesquier cambios buenos meramente producen una variedad dentro del género básico?
Para resumir este asunto de las mutaciones, el sostén principal de la evolución, note lo que dice el profesor Moore de la Universidad Estatal de Michigan:
“Los cambios por mutación en el DNA, igual que los errores, igual que las equivocaciones, resultan esencialmente en la pérdida o degeneración o degradación de conocidos rasgos físicos. Se puede demostrar fácilmente que la mayoría de las mutaciones genéticas resultan en pérdida de la viabilidad, pérdida de la capacidad de reproducción, y aun en condiciones letales. . . .
“Alguien quizás esté dispuesto a mencionar las ‘mutaciones’ genéticas favorables. Un cambio de color en las polillas o la alteración de alimentos usados por las bacterias quizás puedan citarse como resultados ‘favorables’ de las mutaciones de los genes. Sin embargo esos cambios en las polillas o bacterias solo se efectúan dentro de un género de organismo vivo, y no cruzan los límites entre los géneros. . . .
“Después de un riguroso examen y análisis, cualquier afirmación dogmática . . . de que las mutaciones de los genes son la materia prima para cualquier proceso evolucionario . . . es la declaración de un mito.”
[Ilustración de la página 13]
Si al conducir un automovilista hiciera miles de malas decisiones por cada decisión correcta, ¿querría usted viajar con él? No obstante, por cada mutación provechosa hay muchos miles que son perjudiciales