El mundo patas arriba del perezoso
‘¿QUÉ está haciendo ese viejo estropajo en la horqueta de ese árbol?’ ¡Cuán sorprendido quedó el curioso al saber que lo que parecía ser un “viejo estropajo” en realidad era un animal... un mamífero! Por primera vez en su vida había visto a un perezoso en su ambiente natural.
Los perezosos viven en los bosques tropicales de América del Sur y Central. Se les considera entre las más lentas de todas las criaturas. Se atribuye esta lentitud a su baja temperatura corporal. Durante la mayor parte de su vida los perezosos cuelgan patas arriba de las ramas, se sientan en la horquilla de un árbol o descansan sus espaldas en una rama inferior. Siempre que están en los árboles, hunden las garras en una rama en un enganche inquebrantable. Para los perezosos, el comer, dormir, sí aun el aparearse y parir, son actividades que realizan patas arriba.
Por lo general nace un solo bebé perezoso a la vez. Al jovencito bien se le podría describir como una bola de piel. Transportado por su madre sobre el pecho, el bebé se agarra a su pelo largo.
Los perezosos plenamente desarrollados son aproximadamente del tamaño de un gato doméstico grande. Sus brazos largos y sus patas terminan en garras encorvadas, de unos siete centímetros y medio de largo. El pelo áspero de los perezosos crece en dirección contraria al de otros mamíferos, de la región ventral hacia el dorso.
Hay otra cosa acerca del pelo del perezoso que es completamente diferente. Quizás usted haya oído la expresión: ‘Piedra movediza, nunca moho la cobija.’ Pero, ¿puede imaginarse a un animal tan lento que las plantas comienzan a crecer en su pelo? Bueno, eso es lo que sucede con el perezoso. Durante la temporada de las lluvias, las algas florecen con exuberancia en el pelo del perezoso, y le dan un tinte verdoso.
Además de soportar este crecimiento vegetal, el pelo del perezoso puede proveer refugio para un insecto... una polilla que se parece a las polillas de la ropa. La razón de esto todavía es un misterio. The International Wildlife Encyclopedia señala: “Nadie ha podido descubrir por qué las polillas viven en el pelo del perezoso. No se alimentan allí, tampoco se han hallado sus huevos u orugas en la piel.”
Toda la vida del perezoso parece ser en movimiento lento. Pasan aproximadamente dieciocho horas al día dormidos o dormitando, pero son más activos de noche. Para que un perezoso viaje una distancia de seis kilómetro y medio, al ir poniendo sucesivamente una mano después de la otra, afirmando deliberadamente cada juego de garras a las ramas de los árboles, puede tardar más de un mes y medio. Los movimientos del perezoso son aun más lentos sobre el suelo, ya que está diseñado principalmente para una existencia patas arriba en los árboles y no para caminar. Después de afirmarse con las garras, el perezoso se arrastra hacia adelante. Para lo que posiblemente logre en siete segundos en los árboles, puede necesitar todo un minuto en el suelo. Asombrosamente, los perezosos son más rápidos en el agua. Con los cuerpos erguidos, nadan por medio de agitar los brazos alternadamente. Se ha sabido de perezosos que han cruzado extensiones de agua de más de un kilómetro y medio de ancho.
Uno pudiera pensar que una criatura tan lenta como el perezoso difícilmente pudiera haber sobrevivido hasta la época actual. Pero no es un animal indefenso. Puede defenderse con sus largas garras y sus dientes afilados. Visto desde el suelo, sería fácil confundir un perezoso con un nido de termes o un racimo de hojas muertas. Así es que el animal a menudo puede escapar de ser visto por los animales devoradores. Adicionalmente, un pellejo duro, una gruesa cubierta de pelo basto, hirsuto, y veintitrés pares de costillas hacen su parte para proteger los órganos vitales del animal. Lo que es especialmente asombroso acerca de los perezosos es su capacidad para sobrevivir heridas, palizas y hasta dosis de veneno que matarían a otros mamíferos.
¿Por qué no mira desde más cerca al insólito perezoso? Observe los brazos largos. Si cada brazo termina en dos largas garras encorvadas, usted está examinando un perezoso de dos dedos. Los brazos más largos del perezoso de tres dedos están equipados con tres garras encorvadas, como lo está cada pata de ambas variedades.
Hay varios otros rasgos que distinguen a las dos clases básicas de perezosos. “Dos dedos” es más grande y sin cola. Por otra parte, “Tres dedos” tiene una cola en forma de muñón y está equipado con dos o tres vértebras más en su largo pescuezo. La cantidad total de las vértebras —nueve— es muy rara entre los mamíferos, pues casi todos tienen siete vértebras cervicales. “Tres dedos,” debido a que tiene más vértebras cervicales, puede colgar con el dorso hacia abajo y sin embargo mantener su cabeza casi en posición normal. Puede volver la cabeza en un arco de 270 grados, ¡casi un círculo completo!
Comentando acerca de un rasgo que es peculiar al macho del perezoso de tres dedos, la obra The Animal Kingdom declara: “Algo sumamente extraño acerca de los machos es la mancha de amarillo brillante, como del tamaño de un dólar de plata, que tienen sobre la espalda. Es solo en este lugar que el pelo es corto y lustroso; hasta ahora nadie ha podido explicar este extraño rasgo.” Aquí, pues, tenemos otro misterio acerca del perezoso.
“Tres dedos” no lo ha pasado bien en los parques zoológicos. Se debe principalmente al hecho de que su dieta se limita a los brotes, hojas y ramas tiernas del árbol cecropia. Pero “Dos dedos,” por no tener hábitos de comer tan limitados, se ha adaptado mucho mejor al cautiverio.
De las dos clases básicas, “Dos dedos” es más activo. Al ser amenazado, golpea rápidamente con sus brazos largos, infligiendo graves heridas con sus garras encorvadas. También puede morder ferozmente con su juego completo de dieciocho dientes. Al enfrentarse a un peligro similar, “Tres dedos” agita sus brazos más lentamente y rara vez muerde.
“Dos dedos” también es menos torpe que su pariente. Para descender de un árbol va de cabeza. Pero “Tres dedos,” al moverse de una rama al tronco de un árbol, primero se da vuelta y entonces procede a bajar del árbol de espaldas.
Extraño, pero fascinante, es el mundo patas arriba del perezoso. Quizás usted haya visto una o más de estas criaturas en un parque zoológico. Por otra parte, puede que en algún tiempo del futuro visite los trópicos de América Central o del Sur. Si así sucede, no se sorprenda si lo que parece ser un objeto muerto arriba en un árbol comienza a moverse. Bien pudiera ser ese perezoso de lento movimiento disfrutando de la vida en su mundo nativo patas arriba.