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  • ¿Es un pecado izar o arriar la bandera?

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  • ¿Es un pecado izar o arriar la bandera?
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¡Despertad! 1978
g78 22/5 págs. 27-28

El punto de vista bíblico

¿Es un pecado izar o arriar la bandera?

EL OFICIAL superior de un bombero de una ciudad de Ohio (EE. UU.) le ordenó que izara y arriara la bandera en una estación de incendio. Respetuosamente él se negó a hacerlo. Debido a esto se le suspendió de sus deberes por un día. En otra ocasión de nuevo volvió a negarse, y como consecuencia recibió otra suspensión de un día. Cuando por tercera vez se le ordenó que izara y arriara la bandera, y, volvió a negarse, se le despidió del departamento de bomberos.

El bombero interpretó el izar o arriar la bandera como un acto religioso que violaba su conciencia. Para él, este acto estaba en conflicto con los mandatos bíblicos respecto a la idolatría como el mandamiento que dice “huyan de la idolatría” (1 Cor. 10:14) y la prohibición en contra de hacer o servir imágenes.—Éxo. 20:4, 5.

El caso se llevó al Tribunal de Primera Instancia de la localidad, pero el tribunal falló a favor de la ciudad. Entonces se apeló el caso a un tribunal superior, al Tribunal de Apelaciones de Ohio. La cuestión ante este tribunal de apelación era si el bombero había sido privado de la libertad de cultos que le garantiza la Constitución de los Estados Unidos.

El Tribunal de Apelaciones de Ohio revocó el juicio del tribunal inferior. Ordenó a la Comisión del Servicio Civil de la ciudad que restaurara al hombre a su puesto de bombero. En su opinión final, el tribunal dijo respecto al izar y bajar la bandera: “Hallamos que tal acción es una ceremonia en vista de que las normas establecidas por el Congreso para dar unidad a las costumbres patrióticas requieren que la bandera sea izada rápidamente y bajada ceremoniosamente . . . Es preciso izarla y bajarla con reverencia y respeto.”

Además, el tribunal declaró: “No podemos dudar de la sinceridad de las creencias del demandante, ni de lo razonable de esa creencia, de que el participar en ese ritual, o ceremonia es ofensivo a Dios.” El tribunal añadió: “La libertad de la conciencia religiosa, creencia y acción solo es susceptible a ser restringida cuando hay que hacerlo para evitar un peligro grave e inmediato a los intereses que el Estado puede proteger legalmente . . . No tenemos tal indicación aquí.”

En un asunto algo parecido, la Junta de Educación de California aprobó una decisión que permite que los estudiantes se nieguen a participar en el saludo a la bandera sin que se les censure. Pueden permanecer en silencio durante el juramento de lealtad. Por supuesto, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos realmente decidió el asunto hace mucho, cuando en 1943 falló en contra del saludo obligatorio a la bandera. El fallo en California meramente confirma la validez de esa decisión.

En lo que concierne al saludo de la bandera y el juramento, hay una ceremonia muy definida o ritual envuelto que está directamente relacionado con Éxodo 20:4, 5 y 1 Corintios 10:14, así como con otros textos bíblicos. Es por eso que los testigos de Jehová no toman parte en ceremonias de la bandera.

Sin embargo, en el caso de Ohio al bombero no se le exigió que participara directamente en repetir ningún juramento al izar o bajar la bandera. No obstante él consideró que la acción era un pecado, o una violación de su propia conciencia. Y el tribunal protegió su derecho a negarse siempre que no amenazara la vida, propiedad o bienestar de cualquier otra persona.

Sin embargo, puede que otras personas, que también obran en armonía con su conciencia, juzguen que pueden efectuar el acto de izar o arriar una bandera cuando no esté envuelto en ello ninguna ceremonia religiosa reverencial, ritual, saludo o juramento. Por ejemplo, el conserje de un edificio público quizás tenga varios deberes que efectuar cada día, entre éstos el izar o bajar la bandera. Aunque él sea un cristiano cuya fe se basa en la Biblia, quizás le parezca que puede efectuar esta tarea por no estar envuelto en ello ritual de clase alguna.

Otro cristiano quizás no efectúe esta tarea debido a que su conciencia es más sensitiva en un asunto en el cual las Santas Escrituras no comentan directamente. Y el meramente izar o bajar la bandera es algo que no se menciona específicamente en las Escrituras. Si a una persona le parece que el hacer eso iría en contra de su conciencia puesto que la bandera está relacionada en otras ocasiones con rituales o ceremonias definidas, entonces sería incorrecto que violara su conciencia en tal asunto. Pero no sería incorrecto que otro cristiano efectuara el mismo acto si no hay ritual envuelto, y si el hacerlo no ofende su conciencia, puesto que la ley de Dios no lo prohíbe específicamente.

Ese entendimiento es consistente con el punto de vista bíblico respecto a la conciencia individual. Por ejemplo, en el primer siglo la idolatría era cosa común. Como parte de algunas ceremonias idólatras se ofrecía carne a los ídolos. Las personas que comían tal carne en esas ceremonias estaban compartiendo en la adoración idólatra. Más tarde, algunas de esas personas se hicieron cristianos y abandonaron su idolatría. Pero al recordar su anterior adoración falsa, les repugnaba la idea de comer la carne que se había usado en un templo de ídolos cuando ésta se vendía más tarde en una carnicería pública.

No obstante, no había nada malo con la carne. En realidad, nunca había pertenecido al ídolo, puesto que un ídolo inerte no tiene poder alguno para recibir o poseer la carne. En realidad, la carne siguió siendo propiedad de Dios, que ‘es dueño de la tierra y de todo lo que hay en ella.’ (1 Cor. 10:26) Así, si a otro cristiano la conciencia no lo molestaba por el uso previo que se le había dado a la carne podía comprar la carne y comerla sin pecar contra su conciencia, puesto que no se efectuaba un acto religioso directo al comprar o consumir la carne.

Así es que tanto el que comía tal carne como el que se negaba a hacerlo estaba siguiendo a Cristo y sirviendo a Dios. Ambos eran aprobados por Dios, puesto que las maneras en que procedían estaban dentro de los límites de las leyes y principios divinos.

Por supuesto, si el que un cristiano comiera carne que previamente había sido sacrificada a los ídolos perturbaba la conciencia de una persona más sensitiva, entonces no debería comer la carne en presencia de esa persona.—1 Cor. 10:28.

Semejantemente, es preciso contestar la pregunta en cuanto a si es un pecado izar o arriar la bandera según las circunstancias... sea que haya una ceremonia reverencial envuelta, y en armonía con la conciencia del cristiano individual. La conciencia de un individuo pudiera impulsarlo a pedir a sus superiores que otra persona efectúe la tarea. Pero a otro individuo le pudiera parecer que si no hay ningún ritual efectivo envuelto, entonces puede izar y bajar la bandera de la misma manera que efectuaría otros deberes diarios, como el abrir las ventanas o puertas. Y cada uno, al mantener una conciencia completamente limpia, podrá decir como dijo el apóstol Pablo: “Yo me he portado delante de Dios con conciencia perfectamente limpia hasta este día.”—Hech. 23:1.

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