Satisfacción debido a volver a la Biblia
CUANDO uno aplica la sabiduría de la Biblia en los sucesos diarios, puede enfrentarse con éxito a muchos desafíos. Se puede notar esto en la siguiente carta:
“Cuando asistí a la escuela secundaria estudié la Biblia con los testigos de Jehová por corto tiempo, pero no obré en armonía con lo que aprendí. Opté por seguir una educación universitaria para especializarme en antropología.
“Mientras asistía a la universidad conocí a mi futura esposa, y tres años más tarde nos casamos. Cuando llevábamos unos nueve meses de casados, comenzamos a examinar el ambiente y podíamos ver que las condiciones en realidad eran malas. Esto fue a principios de los años setenta, cuando la bolsa de valores comenzó a bajar muchísimo. Francamente, comenzamos a sentirnos deprimidos debido a las condiciones. A menudo cuando leía los periódicos recordaba lo que había estudiado en la Biblia, y podía relacionar lo que los periódicos decían acerca de las condiciones mundiales con lo que la Palabra de Dios había profetizado acerca de estas cosas.
“Cuando íbamos a lavar la ropa en el establecimiento público de lavadoras automáticas había algunos ejemplares de ‘La Atalaya’ y ‘¡Despertad!’ sobre la mesa, y un día se los señalé a mi esposa y le mencioné que contenían algunos artículos interesantes acerca de las condiciones mundiales de hoy día. No pareció interesarse y no estaba muy familiarizada con los testigos de Jehová debido al adoctrinamiento que había recibido en la escuela dominical. Había asistido a la escuela dominical de los pentecostales y le habían suministrado alguna información inexacta, pues le habían dicho, por ejemplo, que los Testigos no creían en Cristo.
“Pero un día, aproximadamente tres semanas más tarde, ella regresó de lavar con dos o tres revistas, y me dijo que creía que a mí me gustaría leerlas. Esto sucedió en septiembre de 1974.
“Al regresar a casa esa noche comencé a leer las revistas y enseguida supe que tenía que tomar una decisión. Cuando mi esposa llegó del trabajo, le dije: ‘Teresa, tienes que leer estas revistas.’ Las leyó y pudo ver que lo que decían sonaba a la verdad. Sabíamos dónde estaba el Salón del Reino de Cheney, pues se puede ver fácilmente al entrar en el pueblo, y Teresa me preguntó en qué horas y días los Testigos se reunían. Le dije que los domingos.
“Aunque yo aún no estaba listo para ir al Salón del Reino, mi esposa fue ese mismo domingo. Ella oyó, y habló con algunas de las personas que estaban allí. Una señora muy agradable le preguntó si le gustaría tener un estudio personal de la Biblia, pero no aceptó la oferta debido a que yo no estaba allí. Al llegar a casa me preguntó si yo la acompañaría a la próxima reunión. En ese entonces yo tenía el cabello largo, pero pensé ir de todos modos. De modo que fuimos el domingo siguiente y de veras disfrutamos de la reunión. Desde entonces hemos asistido con regularidad a todas las reuniones en el Salón del Reino. Se ofreció un estudio de la Biblia de nuevo y, puesto que esta vez estábamos juntos, aceptamos.
“Por ese entonces un amigo íntimo de la escuela comenzó a examinar la Biblia. No sabía nada acerca de los testigos de Jehová. Así es que lo invitamos a venir a casa y compartimos con él lo que estábamos aprendiendo. Como resultado, él comenzó a asistir a las reuniones, participó en nuestras consideraciones y compartió con otros las cosas que estaba aprendiendo.
“Mi entrenamiento en antropología se basaba en la teoría de la evolución y estaba en pugna con la Biblia. Yo había aceptado ciegamente lo que los profesores me habían dicho. Pero leí el libro ‘¿Llegó a existir el hombre por evolución, o por creación?’ y no pude argüir contra él. No me quedaba duda alguna. Ese librito me mostró todos los errores, ambigüedades y disparidades de las teorías que se encuentran en los mejores libros de texto que había en la universidad. Me ha sido muy útil para hablar a otras personas acerca de la evolución. Después de estudiar y aceptar la teoría de la evolución por tres años, y entonces aprender los hechos en contra de la evolución y en apoyo del relato bíblico de la creación, puedo asegurarles a todos los que creen lo que la Palabra de Dios dice acerca de este asunto que no tienen por qué presentar excusas a favor de su creencia. Los hechos están a favor de ellos.”