¿Qué piensa hacer usted el día de Navidad?
¿ESTÁ usted esperando con vivo interés el día de Navidad, quizás hasta contando los días? Millones de personas están haciendo eso. ¿O lo celebrará usted indiferentemente, o quizás no lo celebre en absoluto? Hay millones de personas que no están entusiasmadas con las festividades relacionadas con ese día. ¿Qué piensa hacer usted el día de Navidad?
Muchas personas consideran que la Navidad es una de las épocas más hermosas del año. Aunque las muchas costumbres relacionadas con ella difieren de país en país, cada costumbre, a su manera particular, contribuye a la popularidad de la celebración. En el hemisferio septentrional, es el tiempo para estar “soñando con una blanca Navidad”... el olor fragante del abeto; el ambiente festivo de calles decoradas con luces de colores y atestadas de compradores cargados de paquetes envueltos en papel multicolor; el sonido de villancicos conocidos. En el hemisferio meridional —en Australia, por ejemplo— se hacen preparativos para una cena de Navidad al aire libre, o, como se acostumbra hacer en Brasil, la gente se dirige a las playas.
Sin embargo, a pesar de la popularidad de la Navidad, la cantidad de personas que la celebran está disminuyendo. Hace poco una agencia de noticias europea informó que “para miles de millones de personas esta fiesta no existe.” Esta agencia explicó que ahora que algunos países africanos y asiáticos se han hecho independientes se han quitado de encima las “celebraciones cristianas.” Pero hasta en las llamadas naciones cristianas de Europa y de las Américas muchas personas han dejado de celebrar ese día. ¿Por qué?
La fecha de la celebración
Obviamente, la persona que no profesa el cristianismo pudiera oponerse a la celebración de lo que comúnmente se conoce como el nacimiento de Cristo. Por otro lado, sería correcto esperar que las personas que ven en Cristo Jesús una provisión divina para redimir al hombre del pecado y la muerte mostraran algún aprecio por esta provisión. ¿No sería la celebración del nacimiento de Cristo el 25 de diciembre una excelente manera de hacer esto?
Pero, ¿realmente nació Cristo el 25 de diciembre? La New Catholic Encyclopedia contesta esta pregunta al decir: “No se conoce la fecha del nacimiento de Cristo. Los Evangelios no indican ni el día ni el mes.” Un periodista, que escribe en Londres, hizo este comentario: “Parece que el único punto en que realmente están de acuerdo los historiadores [en este asunto] es que [el nacimiento de Cristo] no aconteció el 25 de diciembre.”a
Sin embargo, este escritor pasó a decir: “Lo que realmente importa es el significado del suceso que se conmemora.” Puede ser que usted concuerde con eso. Pero, con todo, ¿no le parece extraño celebrar el nacimiento de una persona en un día que no es el del aniversario de su nacimiento? ¿No tiene importancia alguna la fecha correcta? ¿No sería preferible escoger una fecha que por lo menos tuviera algún apoyo, más bien que una fecha que tuviera muy poco, o ningún apoyo en absoluto?
El suceso que se está celebrando
Para esclarecer el tema, admitamos que “lo que realmente importa es el significado del suceso que se conmemora.” Ningún cristiano negaría que el nacimiento de Cristo fue importante.
Sin embargo, por importante que haya sido el nacimiento de Jesús, ese suceso no podría deshacer la verdad bíblica que se registra en Eclesiastés 7:1, que dice que “el día de la muerte [es mejor] que el día en que uno nace.” Viendo el asunto desde el punto de vista de Dios, estas palabras se entienden fácilmente. Durante su vida, uno puede hacerse un excelente registro de servicio a su semejante y a su Dios, una reputación excelente que no será pasada por alto sin ser recompensada. Al tiempo del nacimiento la vida de uno empieza como un signo de interrogación. Termina en la muerte como un signo de exclamación, cuando el patrón de vida de uno lo identifica claramente por lo que realmente ha sido.
En el caso de Jesús, él había servido a Dios fielmente durante su existencia prehumana en los cielos. Pero después de su nacimiento como humano, ¿continuaría sirviendo fielmente, cuando se le arrojara en la compañía de pecadores y estuviera sujeto a presiones satánicas? Su muerte en fidelidad contestó la pregunta de manera afirmativa, y le aseguró una resurrección de regreso al cielo a una posición más alta aún que aquella de la que había disfrutado antes. (Fili. 2:5-11) Así, de manera muy personal, el día de la muerte de Cristo fue mejor que el día de su nacimiento.
Cuando consideramos al resto de la humanidad con relación a este asunto... ¿qué día le ha traído el mayor beneficio a ésta? ¿Fue el que el niñito Jesús emprendiera la vida humana al tiempo de su nacimiento lo que efectuó el rescate para la humanidad, o fue más bien el que el ungido Jesús entregara su vida humana en la muerte?—Heb. 9:14, 15.
Al tener presente estos hechos, no debería sorprendernos el que Jesús haya mandado a sus seguidores conmemorar su muerte. (Mat. 26:26-30; 1 Cor. 11:23-26) Esto habría de efectuarse el 14 de Nisán, en la fecha exacta del aniversario de su muerte, según el calendario judío. Sin embargo, la Biblia no indica en ninguna parte que se debería celebrar también el nacimiento de Cristo.
Aunque posiblemente sea sincera la persona que celebre el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre, en vez de celebrar la muerte de Cristo el 14 de Nisán, ¡realmente está celebrando el suceso equivocado en la fecha equivocada! ¿Cómo surgió tal confusión?
Raíces europeas del día de la Navidad
El que recordemos que la Navidad es principalmente un producto del hemisferio septentrional nos ayudará a entender este asunto. Cuando se estaba convirtiendo al cristianismo a los europeos paganos, se hizo un intento por adaptar al uso cristiano algunas de las costumbres e ideas populares de los paganos. Para el 25 de diciembre, que es más o menos el tiempo en que los días comienzan nuevamente a ser más largos, los romanos que adoraban el Sol celebraban el nacimiento del Sol invicto (natalis solis invicti). En el cuarto siglo E.C., esto se cambió a la celebración del nacimiento del Hijo de Dios. Más tarde, el abeto que usaban las tribus germánicas paganas en sus celebraciones del solsticio invernal se adoptó como árbol de “Navidad.” Poco a poco, las ideas y costumbres paganas y cristianas se fusionaron o unieron.
Expresándose sobre el modo en que esto se desarrolló, un periódico de Colombia Británica dijo: “La Navidad es producto de la estrategia del sincretismo [un esfuerzo por conciliar y unir varios sistemas de opinión religiosa] de las iglesias medievales primitivas . . . El peligro del sincretismo y de la teología natural es que abren un camino en el cual el tránsito va en dos sentidos o direcciones. La intención es que la verdad cristiana tome el lugar de las creencias precristianas cuyo significado ésta supuestamente da a conocer, pero inevitablemente también llega a suceder lo opuesto. Es decir, la verdad cristiana es desfigurada por las nociones precristianas, y el resultado final es paganización genuina.”
Quizás usted ahora pueda comprender mejor por qué algunas personas que aman mucho a Cristo y aprecian profundamente lo que él enseñó han dejado de celebrar la Navidad como fiesta religiosa.
¿Qué hay de una Navidad no religiosa?
Algunas personas, poniendo aparte todo significado religioso que la Navidad pueda tener, la celebran simplemente como una fiesta no religiosa para la familia, particularmente “para los niños.” Afirman que el hacer esto promueve un mejor ambiente familiar y fortalece los lazos de la amistad.
El dar regalos es algo excelente y sin duda fortalece los lazos del amor y de la amistad entre amigos y parientes. Pero, ¿es realmente necesario añadir rasgos a la Navidad, como, por ejemplo, el de San Nicolás o Santa Claus, antes de que podamos sorprender a nuestros hijos, parientes o amigos con un regalo?
No todos los padres convienen en que sea bueno dar gusto a los hijos con la historia de San Nicolás. Esto puede crear problemas, como se ilustró en el caso de una niña de siete años de edad a quien se entrevistó en los Estados Unidos. Ella dijo: “El saber que Santa Claus no existe me pone a pensar en si acaso Jesús existe.”
Un niño canadiense de 10 años de edad también estaba perturbado: “Sé que Santa [Claus] no existe. Supe la verdad cuando vi que lo que estaba escrito en los regalos que supuestamente venían de Santa estaba en la letra de mamá. Se lo dije a mis padres. Ellos me dijeron que no era una mentira. Lo llamaron una fantasía. Papá dijo: ‘Nunca en la vida te he mentido.’ Yo le dije: ‘¿Qué hay de Santa Claus y el hada madrina y todo eso?’ Él dijo que hay ciertas cosas en las que a los niños les gusta creer porque es realmente divertido. Pero a mí me sigue pareciendo que es una forma de mentira.”
Esto debería dar a los adultos, particularmente a los padres, algo en qué pensar. ¿No se apreciaría más un regalo práctico que se diera en tiempo de necesidad que uno que se diera en una fecha fija debido a que uno se siente obligado? Además, el dejar que los niños piensen que han recibido un regalo de un San Nicolás o Santa Claus imaginario hace muy poco para fortalecer los lazos de amor entre padres e hijos.
A la luz de esto, no es difícil entender por qué algunas personas a quienes les gusta dar regalos y hacer cosas excelentes para su familia y amigos han dejado de celebrar, no solo la Navidad religiosa, sino también la no religiosa.
[Nota a pie de página]
a Investíguelo usted mismo en la Encyclopœdia Britannica, Encyclopedia Americana, o la New Catholic Encyclopedia.
[Comentario en la página 4]
“No se conoce la fecha del nacimiento de Cristo. Los Evangelios no indican ni el día ni el mes.”—New Catholic Encyclopedia
[Comentario en la página 4]
“Jesús mandó a sus seguidores conmemorar su muerte . . . La Biblia no indica en ninguna parte que se debería celebrar también el nacimiento de Cristo.”
[Comentario en la página 5]
‘En el cuarto siglo E.C., una fiesta de los adoradores del Sol romanos se cambió a la celebración del nacimiento del Hijo de Dios.’
[Comentario en la página 5]
Una niñita dijo: “El saber que Santa Claus no existe me pone a pensar en si acaso Jesús existe.”