La estufa de leña... ¿le conviene?
“NOS sentaremos cerca del fuego las noches de mal tiempo y frías, con una tetera de agua hirviendo a fuego lento sobre la estufa, o una olla de sopa o frijoles con chile, y ¡será estupendo!”
Ideas románticas como ésta, junto con la muy conocida alza de precios del combustible, han movido a muchas personas que tienen su propia casa a considerar más detenidamente las estufas de leña como otro medio de calentar su casa. Ciertos cálculos muestran que 5.000.000 de hogares estadounidenses, o aproximadamente 7 por 100 del total de las casas en los Estados Unidos, ya están equipados con alguna clase de estufa u horno de leña, y la cantidad de personas que las usan va aumentando a un paso de más o menos un millón y medio por año. En Canadá, Rusia y Escandinavia las estufas de leña siguen siendo populares, y, según muestran los informes, hasta en Inglaterra las estufas de leña “se han vendido a más de 100.000 hogares británicos en los últimos años”.
Nueva generación de estufas
A diferencia de los modelos antiguos, las estufas modernas están herméticamente cerradas y queman lentamente la madera, de modo que requieren que se les vuelva a echar leña con menos frecuencia. Diseños ingeniosos impiden que mucho del calor escape por la chimenea; por eso son de 50 por 100 a 60 por 100 eficaces. Esto significa que no son inferiores a los quemadores de gas o de aceite cuya eficiencia es de 60 por 100 a 75 por 100. Sin embargo, tal estufa no es barata y la instalación también puede ser costosa.
La facilidad con que se pueda conseguir la madera y el precio de ésta también son factores importantes que deben tomarse en cuenta al calcular las ventajas económicas de las estufas de leña. A manera de comparación: una estiba compacta de madera que mida 3,6 metros (128 pies) cúbicos genera más o menos la misma cantidad de calor que 757 litros (200 galones) del petróleo que se usa para calentar las casas. En ciertas zonas rurales y pueblos pequeños hay madera en abundancia, y es relativamente barata. Por ejemplo, en Nueva Inglaterra hasta 50 por 100 de los hogares dependen, ya sea completamente o en parte, de la madera para combustible. No obstante, en las ciudades grandes los precios de la leña y los problemas en cuanto a conseguirla y almacenarla pudieran hacer que las estufas de leña sean poco prácticas. Además, generalmente hay leyes estrictas del departamento de bomberos y códigos de seguridad que se tienen que obedecer.
Peligros y riesgos
Todavía no hay información oficial disponible en cuanto a la seguridad relativa de las estufas de leña y los calentadores que funcionan con petróleo, gas o electricidad. Pero, de acuerdo con un informe de cierta asociación que trata con seguros, el mal uso y el mantenimiento inadecuado de las estufas de leña causó 15 por 100 de los incendios accidentales que hubo en hogares de New Hampshire, y figuró en tercer lugar entre las causas principales de incendios de hogares en Oregón. Las quemaduras y muertes relacionadas con las estufas de leña han aumentado drásticamente también en los últimos años.
A medida que más y más personas emplean las estufas de leña, la polución del aire se convierte en un problema cada vez más serio. En algunas aldeas de Vermont se informa que “uno apenas puede ver debido al humo”. En Portland, Oregón, un experimento reveló que 36 por 100 de todas las partículas inhalables del aire provienen del humo de la madera quemada, cuya composición química es parecida a la del humo del cigarrillo... un peligro para la salud. En muchos estados ya hay leyes que restringen el uso de las estufas de leña, y, en Inglaterra, la ley para conservar limpio el aire prohíbe que se queme leña en Londres y otras ciudades.
Así, la próxima vez que sienta el deseo de calentarse usando leña, sea debido a lo romántico que es el sentarse al amor de la lumbre o debido a su cuenta de petróleo, considere cuidadosamente las ventajas y desventajas y vea si verdaderamente le conviene una estufa de leña.