Dioses inútiles
En una nota bajo el encabezamiento “Marx, Mao y yo”, el editorialista de Le Journal de Genéve hizo el siguiente comentario: “Los dioses son caprichosos y no siempre están a la altura de la esperanza que la gente cifra en ellos. En la antigüedad las personas escogían a otro dios del panteón tan pronto el dios inicial rechazaba los sacrificios de ellas. [...] Muchas personas de nuestro tiempo adoraban a Marx, pero no fueron recompensadas a cambio. [...] Algunas dirigieron su atención a Mao, pero las imágenes de él fueron rápidamente arrancadas de las paredes de los pueblos. [...] Como no sabían adónde acudir, recurrieron a la adoración del Yo, quien también es un dios muy exigente que requiere ritos agotadores”.