De nuestros lectores
La nueva moralidad
Enhorabuena por el valor de presentar al público los artículos sobre la nueva moralidad, y el momento oportuno en que lo hicieron (8 de noviembre de 1982). El tema es aterrador, inquietante y alarmante, pero verídico. Se utiliza un lenguaje claro y se presentan problemas reales que conciernen a todo ser humano. Creo que todo el mundo debería conocer los hechos.
P. M., Florida, E.U.A.
Leí y volví a leer el número sobre “La nueva moralidad” (22 de septiembre de 1982, edición en francés). Me causó sorpresa e hirió mis sentimientos. No creía que el asunto fuera tan serio y se hubiera extendido a tal grado. Gracias por decirnos la verdad, por ser prácticos, y por darnos buenos consejos sobre cómo mantenernos libres de este mundo y sus prácticas. Gracias por su franqueza y el interés que muestran en nosotros.
S. B., Canadá
Una injusticia vergonzosa
Leí el artículo “¡Una injusticia vergonzosa!” [el enjuiciamiento y la condena de los Oneda, Italia] en el número del 22 de octubre de 1982 [22 de febrero de 1983, edición en español]. Obviamente esta pareja ha sido víctima de una injusticia. Se les ha tratado como a delincuentes de la peor clase. Ellos no han sido los que han violado la ley, sino las autoridades responsables de tal tratamiento ilegal. Confiemos en que no se siga pisoteando la justicia cuando se celebre el próximo juicio.
D. K., Alemania
Acerca de las úlceras
Quiero encomiarlos sinceramente por el artículo “¿De modo que usted cree que tiene una úlcera?” (22 de enero de 1983). Puesto que hace cuatro años me sometí a una vagotomía, hallé que el artículo fue escrito con una exactitud y un sentido práctico fascinantes. De hecho, si yo hubiera tenido el caudal de información que contiene el artículo, pudiera haber evitado que se me formara una úlcera, o sin duda me hubiera enfrentado a la situación mejor de lo que lo hice. ¡Continúen con su buena labor!
I. B., Inglaterra
Cómo retener su empleo
Quiero darles las gracias por la información importante que presentaron en la revista que ustedes publican. Trabajo en una compañía donde hay un problema enorme con la cantidad de empleados que renuncia a su puesto. A muchos no les interesa retener el empleo que tienen. Recordé el artículo “Cómo retener su empleo”, que salió en un número que se publicó hace algún tiempo (22 de julio de 1981). Volví a leerlo, hice una fotocopia, le puse una cubierta plástica y se lo llevé al administrador. Él se entusiasmó tanto con el artículo que en la siguiente reunión de empleados lo leyó por completo a los 100 empleados que estuvieron presentes. Los resultados fueron muy satisfactorios. Y 10 de ellos solicitaron una suscripción a ¡Despertad!
H. M., Brasil
El azúcar... ¿cuán dulce?
Quisiera decirles lo mucho que disfruté de los artículos sobre “El azúcar... ¿cuán dulce?” (8 de marzo de 1983). Probó lo que sabía que era cierto en mi caso, esto es, que el azúcar me sube la tensión arterial. Así que no puedo darme el lujo de consumirlo. Tal vez ahora me crea el médico que me atiende, ya que pienso mostrarle el artículo. He estado tratando de convencerlo por varios años. Muchísimas gracias.
B. P., California, E.U.A.