‘¡Que todos fueran profetas!’
EL PAPA Juan Pablo II dirigió el siguiente mensaje a una asamblea de católicos amadores de la Biblia: “Envío un cordial saludo a los participantes de la asamblea general de la Federación Mundial Católica para el Apostolado Bíblico, y cuenten con que me siento unido a ellos en espíritu. Me alegra saber que esta asamblea ha hallado la inspiración para su tema en las palabras de Moisés: ‘Que todos fueran profetas’ (Núm 11:29), y que ha aplicado esta expresión a las tareas que emprenderá”. (L’Osservatore Romano, 24 de agosto de 1984.)
La obra de educación bíblica del católico
La tercera asamblea general de la Federación Mundial Católica para el Apostolado Bíblico se celebró en Bangalore, India, en agosto de 1984. Se reunieron allí delegados de 53 países. La Federación se fundó en Roma en 1969. Eso fue tres años después que el papa Paulo VI comisionó a un cardenal alemán en Roma para que estudiara las necesidades de la Iglesia Católica en asuntos relacionados con la Biblia. El presidente actual es el monseñor Ablondi, obispo de Liorna, Italia.
Al exhortar a la Federación a repasar sus metas, el papa Juan Pablo dijo en su mensaje: “La Federación está comprometida a ayudar a los católicos por todas partes del mundo a tener fácil acceso a la Palabra de Dios. [...] Ciertamente, toda actividad y todo testimonio en la Iglesia debe manar de la Palabra viva [...] El ‘oficio profético’ del Pueblo de Dios se debe ejercer conscientemente como un verdadero servicio de la Palabra. [...] Al participar en la obra de traducción, publicación y difusión de la Palabra, uno se ocupa en satisfacer las necesidades de los que tienen hambre y sed de la Palabra de Dios. (Compárese con Amós 8:11.) Esto aplica también a la obra de instruir a los que un día se dedicarán a enseñar y predicar las Sagradas Escrituras”.
En armonía con su tema, este congreso bíblico católico dijo en su declaración final: “La Federación es consciente de que si todo el Pueblo de Dios va a desempeñar su parte profética, tiene que tener acceso a la Palabra de Dios (un ejemplar personal de la Biblia en su propio idioma). Tiene el derecho de que se le eduque en el conocimiento de las Escrituras [...] Esta Asamblea reitera que la obra de evangelizar de la Iglesia gira en torno a lo que dice la Biblia”.
Una posición imposible de sostener
Así, a los católicos se les anima ahora no solo a leer la Biblia, sino a participar activamente en una obra de evangelizar que gira en torno a lo que la Biblia dice. Esto es algo digno de encomio. Pero los coloca en una posición imposible de sostener.
Por un lado, la Iglesia Católica enseña que la tradición tiene prioridad sobre la Biblia. ¿Cómo puede esperarse que un católico llegue a ser un maestro celoso de la Biblia y a la vez permanezca fiel a su iglesia? Por ejemplo, él leerá en la Biblia: “El alma que pecare, ésa perecerá”. (Ezequiel 18:4, 20, Nácar-Colunga, versión católica; compárese con Bover-Cantera.) Pero su iglesia enseña que el alma es inmortal y que todas las almas están ya sea en el infierno, el limbo, el purgatorio o el cielo. ¿Qué enseñará él... el dogma católico, o la Biblia?
Además, la Iglesia Católica aprueba la publicación de ediciones de la Biblia que contienen notas y comentarios que lo que hacen es socavar la confianza del lector en que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Por ejemplo, en la introducción que dice “Cómo leer su Biblia”, The New American Bible, cuyo prólogo es una bendición del papa Paulo VI, dice: “¿Cómo sabe uno si está tratando con historia o con alguna forma de habla figurativa? [...] La mayoría de los científicos sostienen que la especie humana, de un modo u otro, se desarrolló de formas de vida inferiores. Este conocimiento ha ayudado a los cristianos a reconsiderar el ‘cómo’ de la actividad creativa de Dios y a entender que los capítulos 2 y 3 de Génesis no son una lección de antropología, sino una alegoría que nos enseña que el pecado es raíz de todo mal”.
De modo que antes que los lectores de esta Biblia católica siquiera lleguen a las primeras páginas de Génesis se les dice que lo que leerán no es historia, sino sencillamente una alegoría. Esto equivale a decir que Jesús usó una alegoría como fundamento de la monogamia cristiana al usar a Adán y Eva de ejemplo. (Mateo 19:3-9; Génesis 1:27; 2:24.) Además, si la humanidad no tuvo un antepasado común, la doctrina cristiana fundamental respecto al sacrificio de Jesús se derrumba. (Mateo 20:28; Romanos 5:12, 17-19; 1 Corintios 15:45.)
Esta misma Biblia católica llega hasta el punto de suscitar dudas sobre la autenticidad de las palabras de Jesús que están registradas en la Biblia. Bajo “Cómo leer su Biblia”, dice: “Debemos tener presente que no era la intención de los escritores de los Evangelios escribir historia en el sentido científico de la palabra [...] ¿Participó Jesús en estas conversaciones? ¿Contestó exactamente como lo relata la Biblia? No se puede decir con certeza que así sea”.
¿Cómo puede esperarse que los católicos sinceros lean la Biblia con fe y se ‘dediquen a enseñar y predicar las Santas Escrituras’ a otros cuando su iglesia aprueba la publicación de tales declaraciones que destruyen la fe? Y comentarios que socavan la fe, semejantes a estos, se hallan también en la Biblia de Jerusalén, y en otras Biblias y enciclopedias católicas. Para ser honrados, debemos añadir que muchos comentarios bíblicos publicados por protestantes destruyen igualmente la fe en la Biblia.
Todos los verdaderos cristianos SON profetas
The New American Bible correctamente declara: “La palabra profeta significa ‘uno que habla en representación de otro’, especialmente de Dios. ¡No significa necesariamente que prediga el futuro!”. El papa Juan Pablo II dijo: “El ‘oficio profético’ del Pueblo de Dios se debe ejercer conscientemente como un verdadero servicio de la Palabra”. Pero como hemos visto, es imposible que un católico sea un profeta, o testigo, verdadero de la Palabra de Dios, la Biblia, sin traicionar la doctrina de la Iglesia Católica, que se basa principalmente en la tradición.
En su declaración final, la Federación Mundial Católica para el Apostolado Bíblico expresó que existe la necesidad de impartir educación bíblica —particularmente entre los jóvenes y los pobres—, de Biblias y literatura bíblica a precio reducido, de traducciones bíblicas y traductores de la Biblia, y de trabajadores de tiempo completo. Además, declaró que todos los cristianos deben predicar y enseñar, vivir en armonía con lo que dice la Biblia, y “discernir las señales de los tiempos”.
Le interesará saber que Dios tiene un pueblo en la Tierra, todos los cuales son profetas, o testigos de Dios. De hecho, por todo el mundo se les conoce como testigos de Jehová. Por amor a Dios y a su Palabra están efectuando una obra de educación bíblica universal entre personas jóvenes y ancianas, ricas y pobres. Cuentan con centenares de miles de trabajadores voluntarios de tiempo completo, algunos de los cuales traducen e imprimen Biblias y literatura bíblica que se distribuye a precio reducido, y hasta gratuitamente. A estos los ayudan millones de trabajadores que dedican parte de su tiempo a esta obra. Cualquiera de estos se complacerá en ayudarle a “discernir las señales de los tiempos” y a abrazar la magnífica esperanza que se halla en la Palabra de Dios, la Biblia.
[Comentario en la página 8]
The New American Bible afirma que “no era la intención de los escritores de los Evangelios escribir historia”
[Fotografía en la página 9]
Los cristianos verdaderos son profetas porque enseñan a otros la Palabra de Dios
[Reconocimiento en la página 7]
UPI/Bettmann Newsphotos