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  • ¡Despertad! 1989
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¡Despertad! 1989
g89 22/4 págs. 20-22

Los jóvenes preguntan...

¿Qué puedo hacer para tener éxito en el noviazgo?

“MI MAYOR error fue encariñarme con Andy antes de fijarme en la clase de persona que era —reflexionó Louise después que el divorcio destrozó su matrimonio—. Cuando éramos novios, casi siempre salíamos solos. Nunca vi cómo reaccionaba fuera de aquellas situaciones ‘ideales’.”

El matrimonio de Louise duró siete angustiosos años, pero a las pocas semanas de casarse, ya empezaron a surgir problemas graves. ¿Cómo puedes evitar tales errores y conseguir que el noviazgo te prepare el camino para un matrimonio feliz?

Antes del noviazgo

“El cauto —dice la Biblia— medita sus propios pasos.” (Proverbios 14:15, Biblia de Jerusalén.) El que te encariñes con alguien a quien apenas conoces puede llevarte a contraer matrimonio con una persona cuyas emociones y metas disten mucho de las tuyas. Por eso, observa primero cómo es esa persona cuando está con otros, quizás durante algún rato de expansión.

“Sabía que si al principio me acercaba demasiado a ella, mis emociones me nublarían el juicio —explicó Dave, quien ahora lleva diez años de feliz matrimonio—, así que observaba a Rose de lejos sin que ella supiera que me interesaba. Pude ver cómo trataba a otros y que no era una coqueta. En conversaciones casuales me enteré de cuáles eran sus circunstancias y metas.” También es sensato hablar con alguien que conozca bien a la persona a fin de averiguar qué reputación tiene. (Compárese con Proverbios 31:31.)

Las primeras citas

Ante todo debes preguntarte si tienes suficiente edad para casarte y si estás en posición de cumplir con las responsabilidades del matrimonio, y si lo mismo es cierto de la otra persona. Una vez que has decidido que alguien podría ser un buen cónyuge, tal vez quisieras abordar a esa persona y expresarle tu deseo de conocerla mejor.a En el supuesto de que acepte tu proposición, la primera cita no tiene por qué ser una ocasión muy elaborada. El ir a tomar algo juntos o hasta salir en grupo ayudará a una pareja a conocerse lo suficiente como para decidir si quieren seguir adelante con su relación. El que se mantenga la relación un tanto informal mitiga el nerviosismo que ambos pueden sentir al principio. Y si se evitan declaraciones prematuras de afecto, se pueden minimizar los sentimientos de rechazo —o bochorno— que pueden producirse en el caso de que alguno de los dos pierda interés en la otra persona.

Sin importar el tipo de cita que se haya concertado, tanto el chico como la chica deberían presentarse a tiempo y vestidos de manera pulcra y apropiada. Ambos tienen que esforzarse por saber llevar una conversación y ser buenos oyentes.b Los chicos deberán manifestar buenos modales, en armonía con las costumbres de la localidad. Por ejemplo: puede que se espere que el joven abra las puertas para que pase la joven o que le acerque la silla para que se siente. Aunque la joven no debe esperar que se la trate como a una princesa, sí debería cooperar modestamente con los esfuerzos de él. No existen reglas concretas tocante a estos temas, pero un joven puede dejar establecidas para el futuro unas pautas de respeto, ya que al marido se le manda que ‘honre a su esposa como a un vaso más débil’. (1 Pedro 3:7.)

¿Es apropiado tomarse de la mano, besarse y abrazarse? Y en caso afirmativo, ¿cuándo? A los ojos de Dios esas acciones pueden considerarse limpias, siempre y cuando sean una expresión de cariño verdadero, no de pasión egoísta. El Cantar de los Cantares, libro bíblico inspirado por Dios, indica que la doncella sulamita y su amado pastor —con quien pronto se casaría— habían intercambiado algunas muestras apropiadas de cariño. (Cantar de los Cantares 1:2; 2:6; 8:5.) Pero al igual que aquella pareja casta, las parejas de hoy deben tener cuidado para que las muestras de afecto no lleguen a ser inmundas o conduzcan a inmoralidad sexual. (Gálatas 5:19, 21.) Las muestras de cariño únicamente deberían tener lugar cuando la relación haya llegado a un punto en el que la pareja se ha comprometido y el matrimonio parece inminente. De esa forma, no se distraerán del principal objetivo del noviazgo de éxito: llegar a conocer a fondo a la otra persona.

“La persona secreta del corazón”

Después de evaluar lo que contribuyó a que 231 parejas de novios llegasen a tener una sólida relación matrimonial, un equipo investigador informó lo siguiente en la publicación Journal of Marriage and the Family (mayo de 1980): “Parece más probable que los matrimonios sobrevivan y prosperen si se entra en esa relación conociendo relativamente bien el interior de cada uno”. En efecto, es esencial que llegues a conocer “la persona secreta del corazón” de tu pareja. (1 Pedro 3:4.)

Sin embargo, para poder ‘sacar’ las intenciones del corazón de la otra persona, hace falta esfuerzo. (Proverbios 20:5.) Planea actividades que te ayuden a ver cómo es la otra persona en lo más profundo de su ser. Aunque al principio puede ser suficiente con ir al cine o a escuchar un concierto, cuando se participa en actividades que contribuyen a la conversación (como el patinar, jugar a los bolos, visitar un parque zoológico o ir a ver museos), resulta más fácil llegar a conocerse mejor.

A fin de que puedas averiguar los sentimientos de tu pareja, pregúntale abiertamente cosas como: “¿Qué haces durante tu tiempo libre?”. “Si el dinero no importase, ¿qué te gustaría hacer?” “¿Qué rasgo de nuestra adoración a Dios te gusta más y por qué?” Este tipo de preguntas dan pie a respuestas profundas que te permitirán ver lo que tu pareja valora.

Cuando la relación se profundiza y la pareja piensa más formalmente en el matrimonio, es necesario hablar con seriedad de asuntos importantes, tales como dónde y cómo vivirán una vez casados, cuestiones económicas, si ambos trabajarán fuera de casa, qué conceptos tienen sobre el papel de cada uno en el matrimonio, los hijos, la planificación familiar, metas inmediatas y de largo plazo y cómo planearán llevarlas a cabo. Es un tiempo para revelar detalles —quizás del pasado de cada uno— que pueden afectar al matrimonio, como, por ejemplo, cualquier deuda u obligación importante que se tenga. También deberían considerarse cuestiones de salud, como alguna enfermedad grave.

En tales conversaciones sigue el ejemplo de Elihú, quien dijo: “Voy a hablar con sinceridad y a decir francamente lo que pienso”. (Job 33:3, Versión Popular.) Al explicar cómo el noviazgo la preparó para un matrimonio feliz que ya dura diez años, Esther dijo: “Nunca traté de fingir o de decir que concordaba con Jaye cuando pensaba de modo diferente, y sigo sin hacerlo. Siempre procuro ser honrada con él”.

No evadas los temas delicados ni los encubras por temor de poner a tu pareja en un aprieto. Beth cometió ese error cuando salía con John. Ella le comentó que creía que había que ahorrar para el futuro y no malgastar el dinero, algo con lo que John concordó. Beth no sondeó más, pues creía que estaban completamente de acuerdo. Pero resultó que la idea que él tenía de ahorrar para el futuro era ahorrar para un nuevo automóvil deportivo. Cuando se casaron, el dinero fue una continua fuente de discusión.

Tales malentendidos pueden evitarse. Louise, mencionada anteriormente, admitió: “Tenía que haber hecho muchas más preguntas, como: ‘¿Y si me quedase embarazada y tú no quisieras tener un hijo?’, o: ‘Si tuviésemos deudas y yo quisiera quedarme en casa cuidando de nuestro hijo, ¿qué harías?’. Me habría dado cuenta de cómo respondía”. Tales conversaciones pueden sacar a la luz cualidades del corazón que sería mejor ver antes del matrimonio.

Observa su forma de actuar

“Una persona puede ser muy agradable con otra cuando están a solas —explicó Esther—, pero delante de otros quizás se encuentre ante una situación inesperada. A lo mejor una de tus amistades dice algo que quizás no le guste a tu pareja. Eso te puede servir para ver cómo reacciona bajo presión. ¿Reñirá con esa persona o responderá con sarcasmo?” Esther concluye diciendo: “Algo que nos ayudó mucho fue que durante el noviazgo nos relacionamos con nuestras respectivas amistades y familias”.

Además de los momentos de expansión, las parejas deberían dedicar tiempo a trabajar juntos. Por ejemplo: deberían participar en obras cristianas, como el estudio de la Palabra de Dios y el ministerio cristiano. También sería útil que llevasen a cabo algunas de las tareas cotidianas que una vez casados se convertirán en un modo de vivir: ir a la compra, preparar una comida, fregar los platos y limpiar la casa. Es al estar juntos en circunstancias de la vida real —en momentos en los que tal vez el aspecto que presente tu pareja no sea el mejor—, cuando se aprecia cómo es realmente la otra persona.

El pastor del Cantar de los Cantares vio el comportamiento de su amada cuando se encontraba desilusionada o mientras trabajaba bajo el ardiente sol y estaba sudada y cansada. (Cantar de los Cantares 1:5, 6; 2:15.) Al verla resistir lealmente las seducciones del rico rey Salomón, dijo: “Eres del todo hermosa, oh compañera mía, y no hay defecto en ti”. (Cantar de los Cantares 4:7.) Seguro que no quería decir que fuese perfecta, pero su belleza física se veía realzada por su fuerza moral. Ella no tenía ningún defecto ni mancha moral importante. A los ojos de él, sus virtudes superaban cualquier debilidad.

Si una pareja aprovecha bien el noviazgo, podrá decir lo mismo. Con los ojos totalmente abiertos, ambos podrán entrar en el matrimonio habiendo aprendido a resolver desacuerdos. El tener éxito en su noviazgo les habrá preparado para un matrimonio satisfaciente y feliz.

[Notas a pie de página]

a Esto aplica en los países donde se ve apropiado que los cristianos concierten citas. Normalmente, es el varón quien toma la iniciativa, aunque no hay razón bíblica que impida que una joven exprese sus sentimientos de una manera modesta si el muchacho parece tímido o indeciso. (Compárese con Cantar de los Cantares 8:6.)

b Véase el artículo “‘Pero ¿qué digo?’ Perfeccionando el arte de conversar”, publicado en el número del 8 de junio de 1982.

[Fotografía en la página 21]

Si observas el comportamiento de tu posible cónyuge en situaciones de la vida real, llegarás a conocerlo bien

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