De nuestros lectores
Cómo administrar el dinero Muchas gracias por el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Cómo puedo administrar mi dinero?” (22 de diciembre de 1988). Hasta ahora siempre había estado buscando maneras de gastar el dinero lo antes posible, y como consecuencia, todos los meses terminaba sin blanca y tenía que pedir prestado. Lo que más me ayudó fue la idea de que los niños y los jóvenes responsables ahorran parte de su dinero. He tomado la decisión de ahorrar pequeñas cantidades de dinero en una hucha y depositar sumas mayores en el banco.
T. B., República Federal de Alemania
Esposas maltratadas Llevo veinticuatro años casada, y debido a la violencia de mi marido, ya he llegado al límite tanto física como mentalmente. Según todas las apariencias, mi marido es un buen trabajador, y parece que la gente le respeta como una persona comprensiva y ejemplar. El artículo (22 de noviembre de 1988) fue un estímulo, y creo que movía al lector a tener un punto de vista positivo.
T., Japón
Somos una organización del norte del estado de Michigan (E.U.A.) que ampara a las víctimas de la violencia doméstica y presta servicios a mujeres y niños. Es una gran verdad que conviene recalcar su declaración de que el problema de las esposas maltratadas atraviesa todo tipo de fronteras: educativas, sociales y económicas. La mayoría de las personas creen que eso no sucede ni puede suceder en su familia, vecindario o comunidad.
B. S., coordinadora del programa voluntario River House Shelter, Estados Unidos
Masturbación Gracias, gracias y más gracias por la serie de artículos sobre la masturbación (8 de septiembre de 1987, 8 de noviembre de 1987, 8 de marzo de 1988), artículos muy francos, pero, a la vez, serios. Entre las útiles sugerencias de las que me he beneficiado, estuvo la de leer diariamente dos capítulos de la Biblia. Los resultados han sido asombrosos.
D. T., Estados Unidos
SIDA Trabajo con un grupo que asiste a los afectados por el SIDA. La información médica que citaron (8 de octubre de 1988) procede de fuentes reconocidas y se presentó de una forma entendible, pero sus comentarios sobre el aspecto moral del problema me pusieron los pelos de punta.
Ya sea que se considere la homosexualidad como una inclinación o como un pecado, los cristianos debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Jesús tocó a leprosos y no volvió la espalda ni a la adúltera ni a otros pecadores. Él debería ser nuestro ejemplo.
H. S. (madre de tres hijos), República Federal de Alemania
Jesús mostraba compasión a los pecadores. Dedicaba tiempo a hablarles de las buenas nuevas del Reino de Dios, por lo que sus enemigos hasta le llamaron ‘amigo de pecadores’. (Lucas 5:30-32; 7:34.) También instaba a sus oyentes a que abandonasen su mal comportamiento. (Mateo 5:27-30.) De igual manera, nosotros mostramos compasión a los que padecen esta terrible enfermedad y sentimos la obligación de alertar a nuestros lectores no solo de las consecuencias médicas del SIDA, sino también de sus implicaciones morales, que son mucho más importantes. Es cierto que existen muchas víctimas inocentes del SIDA, pero hasta ahora, la mayoría ha contraído esta enfermedad como resultado de su propia conducta o de la de sus asociados íntimos. En cualquiera de estos casos, se trata de conducta condenada por Dios. (1 Corintios 6:9, 10; Hechos 15:29.) No reconocemos este hecho para condenar a individuos, sino para hacer resaltar los beneficios de vivir en conformidad con las normas morales de Dios.—La dirección.