De nuestros lectores
Juego por dinero A los veintitrés años me encontré entrampado en el juego por dinero, y debido a ello mi vida fue muy desgraciada durante años. Parecía que nada podía ayudarme a dejarlo. Pero entonces cayó en mis manos su revista (8 de septiembre de 1987), la cual me ayudó a dejar ese hábito sucio. Gracias.
T. M. E., Zambia
Prematuros Hace poco mi madre sufrió un ataque de apoplejía, y como tengo que cuidarla, apenas salgo a la calle, por lo que mi participación en la obra de predicar de casa en casa es mínima. No obstante, dejé a una enfermera el número del 22 de febrero de 1989, y me lo agradeció mucho. Trabaja en una unidad neonatal y compartió la información con tres o cuatro compañeros y compañeras de trabajo. A todos les agradaron mucho los artículos y uno de ellos dijo: “Estos son algunos de los problemas a los que nos encaramos, pero nunca antes los había visto impresos”.
V. G., Estados Unidos
Atracción hacia alguien del mismo sexo Tengo catorce años, y me he sentido atraído hacia personas de mi mismo sexo. Me veía como alguien totalmente anormal y pensaba que nadie más se encontraba en esta difícil situación. El artículo (8 de abril de 1989) me ayudó a ver que a otros jóvenes les pasa lo que a mí y señaló los pasos que había que dar para evitar la homosexualidad.
H. M., Austria
Cuando tenía unos ocho o nueve años, participé en jugueteo sexual con mi mejor amigo. Aunque en aquel entonces creía que ese proceder era inofensivo, conforme fui creciendo, me di cuenta de lo malo y vergonzoso que era, y experimenté un profundo sentimiento de culpabilidad. Estoy muy agradecido de que se considerase este tema, pues saber que “Jehová perdona en gran manera” me ha ayudado a aliviar mucho ese sentimiento de culpabilidad que todavía siento. Seguiré ejerciendo autodominio.
E. G., Estados Unidos
SIDA En su número del 8 de marzo de 1989 publicaron una carta de un lector que menciona la posibilidad de que el SIDA se transmita mediante las picaduras de mosquitos. En el comentario de la dirección no se cuestionó esta declaración. Sin embargo, un folleto de amplia distribución editado por el director general de Sanidad de Estados Unidos dice: “El SIDA no se transmite mediante la picadura de los mosquitos [...] ni de otros insectos”. Posiblemente algunos lectores de aquel número de ¡Despertad! ahora teman innecesariamente a los mosquitos, pues piensen que pueden ser portadores del SIDA.
P. G., Estados Unidos
La mayoría de los investigadores del SIDA concuerdan en que es posible que un mosquito tenga el virus por haber chupado sangre de una víctima infectada. Sin embargo, no hay evidencia de que dentro del insecto se produzca una replicación del virus del SIDA, como sucede en el caso de la fiebre amarilla y de otros virus transmitidos por insectos, por lo que parece que el mosquito no puede transmitir el SIDA. No obstante, un informe publicado en la revista “Science” (julio de 1987) indica que la cuestión no está zanjada definitivamente. En él se decía: “¿Puede transmitirse el virus del SIDA mediante picaduras de insectos? La respuesta parece ser que no, pero no podemos negarlo categóricamente. Los científicos quieren dejar la puerta de la posibilidad un poco entreabierta, pero insisten en que si la transmisión mediante picaduras de insectos es un factor que contribuye a la propagación del SIDA, es un factor insignificante”.—La dirección.
Depresión Tengo veinte años, y solo quiero darles las gracias por sus artículos (22 de octubre de 1987). He pasado épocas muy difíciles y los artículos me han ayudado mucho.
C. W., Estados Unidos
Noviazgo Su artículo (22 de febrero de 1989) grabó en mí la seriedad y la responsabilidad del noviazgo. Ahora tengo novia, y espero que dicha relación culmine en un matrimonio de éxito.
G. V., México