De nuestros lectores
Epilepsia Escribo para comunicarles que su artículo sobre la epilepsia me dejó muy preocupada (22 de junio de 1990). En él se explica que a fin de impedir que Sandra se mordiese la lengua o la boca cuando le daba un ataque de epilepsia, su marido le colocaba un libro en la boca, algo que va en contra del procedimiento médico en mi país. Yo soy epiléptica, y sin duda no querría que me lo hicieran, pues podría romperme algún diente.
L. M., Inglaterra
El artículo no tenía el propósito de recomendar ningún procedimiento médico, sino de relatar una experiencia personal. La mayoría de las autoridades en este campo suelen aconsejar que en un ataque de epilepsia no se introduzcan en la boca ni dedos ni ningún objeto duro, y que tampoco se trate de forzar las mandíbulas para mantenerlas abiertas. Eso puede hacer más mal que bien, pues tanto la persona que tiene el ataque como la que trata de prestarle ayuda pueden resultar heridas. Sin embargo, el director ejecutivo del Instituto de Epilepsia de Nueva York aseguró a “¡Despertad!” que si en el momento del ataque, se le coloca a la víctima algo relativamente blando (como pudiera ser un pañuelo doblado) por un lado de la boca, sin forzarle las mandíbulas, puede evitarse que se haga daño.—La dirección.
Embarazo de adolescentes He de encomiarlos por los excelentes consejos que dieron en el artículo sobre el embarazo de adolescentes (8 de mayo de 1990). Tuve a mi hija a los dieciséis años. Aunque su padre estaba dispuesto a casarse conmigo, mi familia me hizo ver que yo era todavía demasiado joven y me ayudó hasta que más adelante me casé. Años después empecé a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová y en la actualidad mi hija sirve como ministra de tiempo completo. Me siento muy contenta de no haber abortado ni haberme casado antes de tiempo.
L. B., Estados Unidos
Fue decepcionante leer que aunque los padres adoptivos pueden proporcionar al niño más ventajas materiales, quienes pueden darle más amor y cariño son sus padres naturales. Como madre adoptiva, tengo el maravilloso privilegio de criar a nuestro hijito en los caminos de Jehová.
C. R., República Federal de Alemania
Lamentamos cualquier malentendido que el artículo haya podido provocar. Muchos padres adoptivos hacen un magnífico trabajo en dar a sus hijos el apoyo y el amor que necesitan. Pero el artículo analizaba la posibilidad de que un niño que se da en adopción quizás no fuese criado según las normas cristianas. En ese caso, una muchacha soltera no debería llegar a la conclusión de que no tiene nada que ofrecer a su hijo, pues puede criarle según las normas bíblicas y mostrarle verdadero amor, algo mucho más importante que las ventajas económicas.—La dirección.
Garantías En su artículo “Vale la pena que conozca su garantía” (8 de junio de 1990) se dan buenas sugerencias. Pero otro factor que debe tenerse en cuenta es que algunas garantías solo tienen validez en el país donde se ha comprado el artículo, a pesar de que el fabricante disponga de una red de servicios de reparación por todo el mundo. Yo compré en otro país una cámara fotográfica de marca muy conocida y cuando descubrí que estaba defectuosa, los representantes locales de la compañía rehusaron repararla.
J. K., España
Gracias por el recordatorio. Hay que leer todas las garantías con mucha atención.—La dirección.
Cinco falacias comunes Gracias por su artículo (22 de mayo de 1990). Me hizo pensar y fue muy útil para ayudar a otros a distinguir entre lo que es un razonamiento sensato y un engaño vacío.
R. C., Italia
Dinosaurios El artículo sobre los dinosaurios (8 de febrero de 1990) fue muy práctico para nuestro país, ya que muchas personas creen en la evolución. ¡Despertad! ha salido este año en nuestra nación por primera vez y leemos cada número con entusiasmo.
F. C., Checoslovaquia