De nuestros lectores

El holocausto Siempre me había preguntado por qué en su día nadie había tenido el valor de hablar sobre el Holocausto. La serie “¿Quiénes denunciaron el Holocausto?” (22 de agosto de 1995) ha dado respuesta a mi pregunta. Los testigos de Jehová lo hicieron; por ello me enorgullezco de mis hermanos Testigos.

C. B., Estados Unidos

Aunque no pertenezca a su confesión, me permito felicitarlos por su análisis del Holocausto. Su exposición imparcial de aquella maligna manifestación de la crueldad del hombre para con el hombre, es la más iluminadora que conozco. Lamentablemente, el mundo apenas conoce el valor que demostraron sus compañeros Testigos en aquellos días.

L. B., Inglaterra

Mi padre perdió la vida en Sachsenhausen. Mi hermano mayor también murió a consecuencia de la reclusión nazi. Aún guardo vivos recuerdos de la persecución nazi que sufrieron los testigos de Jehová. Quedo muy agradecido por los artículos. ¡Felicitaciones!

F. D. J., Canadá

Me impresionaron mucho los artículos. Sin embargo, discrepo con la afirmación de que los testigos de Jehová fueron la única “voz en medio del silencio”. Los comunistas también difundieron advertencias sobre Hitler antes de que este asumiera el poder, y muchos terminaron en campos de concentración.

B. W., Alemania

“¡Despertad!” reconoce sin reparos que Hitler tenía muchos oponentes políticos. No obstante, los artículos se referían concretamente al fracaso de las organizaciones religiosas, que en su mayoría colaboraron con el régimen nazi. Los propios nazis clasificaron a los testigos de Jehová como sus principales antagonistas religiosos. Los Testigos fueron, por tanto, el único grupo religioso que tuvo distintivo propio en los campos de concentración: el infame triángulo púrpura.—Los editores.

El terremoto de Japón Lloré al leer el reportaje “El desastre azota Japón. Medidas ante la catástrofe” (22 de agosto de 1995). En el terremoto perdí a la hermana cristiana que más quería. Era muy fervorosa. Estoy convencida de que resucitará y podré volver a verla. Me siento muy agradecida por toda la ayuda espiritual y material de la congregación y de la Sociedad, pero no puedo menos que llorar al pensar en lo que ocurrió aquel día.

T. M., Japón

Me maravilló la actuación rápida y organizada de los Testigos. Al leer el cariñoso mensaje de los hermanos de la congregación coreana, lloré a lágrima viva. Me sentí muy feliz de formar parte de una organización tan afectuosa.

M. K., Japón

El acoso sexual Muchas gracias por el reportaje “Los jóvenes preguntan... ¿Cómo puedo protegerme del acoso sexual?” (22 de agosto de 1995). Tengo 17 años. Conocí en la escuela a un chico que, aunque no era cristiano, me inspiraba confianza; sin embargo, él y sus amigos me hostigaron con insinuaciones lascivas y amenazas. Tuve que irme de la escuela para librarme de aquella situación. Aprendí mucho del artículo, de forma que ahora ya sé qué hacer en el trato con el sexo opuesto.

T. G., Portugal

Un compañero de trabajo me acosó sexualmente y me amenazó. De niña abusaron de mí, de modo que a veces se me hace difícil defenderme. Pese a todo, le pedí reiteradamente que me dejara en paz. Finalmente, lo denuncié a los jefes y me dejó tranquila. Agradezco mucho el artículo. Las mujeres necesitamos saber cómo hacer frente a este problema.

V. A., Estados Unidos