Cuando los abuelos se convierten en padres
“Acababa de llegar a casa de una reunión en el Salón del Reino cuando oí que golpeaban a la puerta. Afuera había dos policías de pie con dos niños mugrientos que tenían el pelo enmarañado y parecía que no se habían bañado en meses. ¡A duras penas se notaba que eran niños! Eran mis nietos. Su madre, adicta a las drogas, los había desatendido. Yo, aunque viuda y con seis hijos, no pude decir que no.”—Sally.a
“Mi hija me preguntó si podía encargarme de los niños hasta que arreglara sus asuntos. Ignorante de su adicción a las drogas, terminé criando a sus dos hijos. Años después tuvo una niña. No quería quedarme con ella, pero mi nieto me suplicó: ‘Abuela, ¿no podemos hacer sitio solo para una más?’.”—Willie Mae.
EN EL pasado se describía la experiencia de ser abuelo como un “placer sin responsabilidad”, pero ya no lo es. Algunos calculan que solamente en Estados Unidos más de tres millones de niños viven con sus abuelos, y el número aumenta con rapidez.
¿Qué hay detrás de esta alarmante tendencia? Los hijos de padres divorciados, así como los que son desatendidos o maltratados por sus progenitores, probablemente terminen viviendo con sus abuelos. La revista Child Welfare (El bienestar de los niños) dice que debido a los efectos incapacitantes que produce en los padres adictos, “la cocaína en forma de crack está creando una generación perdida”. Otros millones de niños se han quedado sin padres porque estos los han abandonado, han muerto o padecen enfermedades mentales. Los niños cuyas madres mueren víctimas del sida probablemente acaben también al cuidado de los abuelos.
Asumir la responsabilidad de criar niños en la edad madura o en “los días calamitosos” de la vejez puede ser abrumador (Eclesiastés 12:1-7). Muchas personas simplemente no tienen la energía para vigilar constantemente a un niño pequeño. Además, algunos abuelos tienen que cuidar a sus propios padres envejecidos; otros son viudos o divorciados y deben arreglárselas sin el apoyo de un cónyuge, y un gran número cuenta con pocos recursos económicos para llevar esta carga. Según una encuesta, los ingresos de 4 de cada 10 abuelos con nietos bajo su custodia rayaban en el umbral de la pobreza. “Los niños estaban enfermos —recuerda Sally—. Me vi obligada a gastar una gran cantidad de dinero en medicinas, y la ayuda que recibí del Estado fue escasa.” Una anciana recuerda: “Tuve que gastar el dinero de mi jubilación para cuidar de mis nietos”.
Tensiones y presiones
No sorprende, pues, que un estudio revelara que “el cuidado de los nietos producía bastante tensión a los abuelos: el 86% de los 60 participantes dijeron que se sentían ‘deprimidos o ansiosos casi todo el tiempo’”. De hecho, muchos informan problemas de salud. “A mí me afectó física, mental y espiritualmente”, dice Elizabeth, quien cuidó de su nieta adolescente. Willie Mae, que padece de una afección cardíaca e hipertensión, dice: “La doctora cree que mi estado se debe a la tensión que me causa la crianza de los niños”.
Muchos no están preparados para afrontar el cambio de vida que exige el criar nietos. “Hay ocasiones en que no puedo ir a ningún sitio —dice un abuelo—. Me remordería la conciencia [...] dejarlos con otra persona, así que mejor me abstengo de ir a lugares o de hacer cosas.” Una abuela califica el tiempo que tiene para ella de “inexistente”. El aislamiento social y la soledad son comunes. Otra abuela manifestó: “Casi ningún amigo de nuestra edad tiene niños, y por eso muchas veces no aceptamos las invitaciones que nos hacen, porque no incluyen a nuestros [nietos]”.
Las presiones emocionales son igualmente dolorosas. Un artículo de la revista U.S.News & World Report dice: “A muchos [abuelos] les atormenta la vergüenza y el sentimiento de culpabilidad que les produce el hecho de que sus propios hijos hayan fracasado como padres, y muchos se culpan y se preguntan en qué fallaron ellos. A fin de suministrar un hogar seguro y amoroso a los nietos, algunos deben abandonar emocionalmente a sus propios hijos abusivos o drogadictos”.
Un estudio informa: “Más de una cuarta parte [de los abuelos con nietos bajo su custodia] [...] manifestó que el cuidado de estos había restado satisfacción a su relación marital”. Los esposos, en particular, a menudo se sienten abandonados por sus esposas, quienes llevan la mayor parte de la carga. Algunos sencillamente no aguantan la presión. “Mi marido nos abandonó [...] —cuenta una mujer—. Creo que se sentía atrapado.”
Niños airados
La revista U.S.News & World Report dijo: “Las tensiones se agravan por el hecho de que algunos de los niños [que los abuelos] heredan se cuentan entre las personas más necesitadas, más afectadas emocionalmente y más airadas de la nación”.
Considere el caso de la nieta de Elizabeth. Su padre literalmente la abandonó en la esquina donde Elizabeth trabajaba ayudando a los escolares a cruzar la calle. “Es una niña airada —dice Elizabeth—. Está dolida.” Los nietos de Sally presentan heridas semejantes. Ella cuenta: “Mi nieto vive amargado. Piensa que nadie lo quiere”. Tener un padre y una madre que le quieran es un derecho inalienable de todo niño. Imagínese lo que debe sentir un pequeño cuyos padres lo abandonan, lo descuidan o lo rechazan. Comprender dichos sentimientos es fundamental para tratar con paciencia a los que tienen problemas de conducta. Proverbios 19:11 menciona: “La perspicacia del hombre ciertamente retarda su cólera”.
Por ejemplo, puede ser que un niño abandonado resista sus intentos por cuidarlo. Comprender sus temores e inquietudes le ayudará a tratarlo con compasión. Quizás el reconocer sus temores y asegurarle que usted hará cuanto esté a su alcance para cuidarlo contribuya a que estos se disipen.
Cómo afrontar las presiones
“Estoy muy herida y siento lástima de mí misma. No es justo que nos haya pasado esto.” Así se expresó una abuela que cuida de sus nietos. Si usted se encuentra en la misma situación, tal vez se sienta igual. Pero no se desespere. En primer lugar, tal vez la edad limite sus energías, pero a la vez constituye una gran ventaja en lo que a sabiduría, paciencia y habilidad se refiere. No es de extrañar que, según cierto estudio, “a los niños criados únicamente por sus abuelos les fue bastante bien en comparación con los que provenían de familias en las que solo estaba presente uno de los padres biológicos”.
La Biblia nos insta a ‘echar sobre Jehová toda nuestra inquietud, porque él se interesa por nosotros’ (1 Pedro 5:7). Por lo tanto, ruéguele constantemente que le dé fuerzas y guía, como hizo el salmista (compárese con Salmo 71:18). Preste atención a sus propias necesidades espirituales (Mateo 5:3). “Las reuniones cristianas y la predicación me ayudaron a sobrevivir”, relata una cristiana. Si es posible, procure enseñar a sus nietos los caminos de Dios (Deuteronomio 4:9). De seguro, él apoyará su afán por criarlos “en la disciplina y regulación mental de Jehová” (Efesios 6:4).b
No tenga miedo de pedir ayuda. Los amigos son de mucho valor, sobre todo dentro de la congregación cristiana. Sally recuerda: “Los hermanos de la congregación me brindaron mucho apoyo. Cuando me derrumbaba, ahí estaban para levantarme. Algunos incluso me ayudaron económicamente”.
No pase por alto la asistencia que el gobierno ofrezca (Romanos 13:6). Es interesante que, según una encuesta realizada entre abuelos, “la mayoría no sabe lo que hay disponible ni dónde buscar ayuda” (Child Welfare). Los trabajadores sociales y las agencias locales de asistencia a las personas mayores pueden indicarle dónde conseguir servicios útiles.
En muchos casos, los abuelos que crían nietos son producto de estos “tiempos críticos, difíciles de manejar” (2 Timoteo 3:1-5). Afortunadamente, tales tiempos dificultosos son un signo de que Dios pronto intervendrá y creará “una nueva tierra”, donde las trágicas situaciones que afligen a tantas familias hoy habrán pasado a la historia (2 Pedro 3:13; Revelación [Apocalipsis] 21:3, 4). Entretanto, los abuelos que tienen nietos bajo su tutela deben hacer lo posible por sacar el mejor partido de la situación. Son muchos los que han obtenido buenos resultados. Recuerde siempre que a pesar de la frustración, puede haber alegrías. Quizá hasta disfrute del gozo de ver a sus nietos convertidos en personas rectas que aman a Dios. ¿No compensaría eso toda su ardua labor?
[Notas]
a Algunos nombres se han cambiado.
b El libro El secreto de la felicidad familiar (editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.) contiene muchos principios bíblicos valiosos que los abuelos pueden utilizar al criar a los nietos que tengan bajo su custodia.
[Recuadro de la página 10]
Cuestiones legales
El obtener o no la custodia legal de los nietos es un asunto delicado y complejo. Mary Fron, experta en la materia, explica: “Por un lado, a los abuelos que no tienen la custodia les asisten pocos derechos legales. En la mayoría de los casos, los padres biológicos pueden regresar y llevarse al niño en cualquier momento. Por otro lado, muchos abuelos se resisten a pedir la custodia porque ello implicaría subir al estrado y declarar que su hijo es un padre inepto” (Good Housekeeping).
Sin la custodia legal, los abuelos a menudo tienen dificultades para matricular a sus nietos en la escuela o hasta para conseguir atención médica. No obstante, la obtención de la custodia puede resultar una experiencia larga, costosa y agotadora en sentido emocional. Y aunque lo logren, pueden hallarse privados de la ayuda estatal. Por tal razón, la revista Child Welfare aconseja a los abuelos “que se asesoren con un abogado que posea experiencia en derecho de familia, casos de custodia y protección a la infancia”.
[Recuadro de la página 11]
Calcule el costo
Ver a un niño necesitado —especialmente si es de su propia sangre— parte el corazón. Y la Biblia manda a los cristianos que provean para los “suyos” (1 Timoteo 5:8). No obstante, en muchos casos lo más sensato es que el abuelo reflexione seriamente antes de asumir tal responsabilidad (Proverbios 14:15; 21:5). Hay que calcular el costo (compárese con Lucas 14:28).
Analice los siguientes asuntos en oración: ¿Se halla realmente en condiciones físicas, emocionales, espirituales y económicas de satisfacer las necesidades del niño? ¿Qué opina su cónyuge de la situación? ¿Hay alguna manera de animar o ayudar a los padres para que cuiden ellos mismos del pequeño? Tristemente, algunos progenitores delincuentes siguen llevando una vida inmoral. Una abuela recuerda con amargura: “Me hice cargo de varios de mis nietos, pero mi hija siguió consumiendo drogas y teniendo más hijos. Llegué a un punto en que tuve que decir que no”.
Por otro lado, si usted no cuida de sus nietos, ¿qué les pasará? ¿Resistirá la presión de saber que están al cuidado de otras personas, quizás de extraños? ¿Qué hay de sus necesidades espirituales? ¿Los criarán según las normas divinas? Algunos quizás concluyan que a pesar de las dificultades implicadas, no tienen más remedio que asumir la responsabilidad.
Estas preocupaciones son muy angustiosas, y cada cual debe tomar su propia decisión.
[Ilustración de la página 9]
A muchos abuelos les resulta difícil cumplir con las exigencias de criar niños pequeños
[Ilustración de la página 10]
Los abuelos temerosos de Dios pueden confiar en que Jehová apoyará sus esfuerzos