Observando el mundo
Un “movimiento de desconfianza”
“Hay una crisis en el seno del Consejo Mundial de Iglesias”, dice el periódico francés Le Monde. Dicho consejo, que el pasado mes de agosto celebró su cincuentenario, se formó para unir a las confesiones cristianas de todo el mundo. Pero en los últimos años ha surgido un “movimiento de desconfianza” que “amenaza la participación” de las religiones ortodoxas en esa organización. Uno de los motivos de queja citados por la ortodoxia es que algunos países orientales son “víctimas del proselitismo” de los misioneros católicos y protestantes. La Iglesia Ortodoxa de Georgia ha renunciado a su lugar entre los 330 miembros del consejo, de modo que la “partida de las iglesias ortodoxas del Consejo Mundial de Ginebra ya no es una hipótesis absurda”, dice el citado periódico.
Nunca es demasiado tarde para dejarlo
En un estudio que duró cuarenta años se descubrió que las personas que dejan de fumar, aunque sea después de cumplir 60 años, reducen considerablemente el riesgo de enfermar de cáncer, informa el rotativo británico The Daily Telegraph. El profesor Julian Peto, del Instituto de Investigación del Cáncer, de Sutton (Inglaterra), dice: “Hasta el año pasado no habíamos podido ver todos los horrores que provoca el tabaco —que mata a la mitad de los fumadores en lugar de a una cuarta parte como antes pensábamos—, pero también hemos constatado los muchos beneficios de dejar [de fumar], aunque sea en la vejez”. A los niños se les advierte continuamente de los peligros del tabaco. En cambio, según Peto, hay que decir a los mayores que dejar de fumar puede reducir en gran manera el riesgo de contraer cáncer de pulmón.
El matrimonio puede traer felicidad
Hay quienes dicen que el matrimonio es opresivo, y las comedias televisivas de situación suelen presentarlo como algo totalmente pasado de moda. Pero ¿qué datos concretos hay? ¿Les va necesariamente mejor a las personas no casadas? No, según palabras de una socióloga citadas en el periódico Philadelphia Inquirer. Ella dice que los casados están “generalmente más felices, más sanos y en mejor situación económica”. En conjunto, tienen menos estrés, menos probabilidades de cometer delitos o consumir drogas ilegales y más probabilidades de no depender de la asistencia social. No es de extrañar que, según los expertos, los casados también vivan más tiempo.
¿Sangre contaminada?
Nueve diarios neoyorquinos publicaron recientemente un anuncio con este encabezamiento: “A todo el que recibió sangre de enero de 1991 a diciembre de 1996 en algún hospital de Nueva York o Nueva Jersey”. Aunque el Centro de Hematología de Nueva York, patrocinador del anuncio, dice que la finalidad de este es que todo el que haya recibido sangre a principios de los años noventa tenga la seguridad de que esta no estaba contaminada, cabe la posibilidad de que haya tenido el efecto contrario. ¿Por qué? La razón es que a muchos tal vez les inquiete la advertencia que aparecía con el anuncio: “Quienes hayan recibido hemoderivados durante ese período tienen un riesgo potencial de contraer infecciones de transmisión sanguínea, como el VIH y la hepatitis”.
Muchos cánceres no se diagnostican
“Las estadísticas oficiales sobre las causas de muerte tal vez no den la cifra total de las víctimas de cáncer”, dice la revista New Scientist. La doctora Elizabeth Burton, del Centro Médico de Luisiana ubicado en Nueva Orleans (E.U.A.), examinó el historial médico de 1.105 pacientes a quienes se les practicó la autopsia entre 1986 y 1995, y comparó el índice de diagnósticos clínicos de cáncer con los resultados de las autopsias. Según la doctora Burton, al 44% de los pacientes no se les había diagnosticado cáncer o el tipo de cáncer que realmente padecían. Dado que actualmente el porcentaje de autopsias es solo del 10% —en contraste con el 50% de los años sesenta—, “muchos errores de diagnóstico tal vez no se descubran nunca”, dice la revista.
Parásito persistente
La Taenia solium, un parásito que produce cisticercosis en los seres humanos, sigue siendo un problema en algunos países en desarrollo. La enfermedad normalmente se contrae al comer cerdo infectado poco cocido o alimento contaminado con las larvas de dicho parásito. Según el periódico Excélsior, de Ciudad de México, el parásito es “de difícil detección”, por lo que “puede desarrollarse en el organismo humano por años sin que el portador lo sepa”. Algunos de los síntomas son: fiebres, dolores de cabeza, estados de epilepsia y alteraciones oculares. El periódico dice que los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México están tratando de encontrar una vacuna para los cerdos con miras a eliminar el parásito.
Síntomas de un ataque apoplético
“Muchas personas no saben reconocer ni un solo síntoma de la apoplejía”, dice la revista FDA Consumer, y añade: “Solo poco más de la mitad de los encuestados fueron capaces de mencionar por lo menos un síntoma de apoplejía, y solo el 68% pudo mencionar un factor de riesgo”. Y esto a pesar de que la apoplejía es la principal causa de muerte y de incapacidad en el mundo industrializado de Occidente. Para reducir al máximo el daño producido por la apoplejía, es importante apresurarse a buscar ayuda médica a la primera señal de un ataque. Los síntomas más comunes son debilidad, adormecimiento o parálisis súbitos de la cara, un brazo o una pierna; visión borrosa o pérdida de la vista repentinas, sobre todo en un solo ojo; dificultad para hablar o entender lo que se dice, y mareos o falta de equilibrio inexplicables, especialmente en combinación con otros síntomas.
Quema de cartas
En la ciudad japonesa de Nagoya se celebra todos los años, desde 1992, una ceremonia budista de quema de cartas para deshacerse de las que circulan en cadena. El servicio de correos instaló en sus oficinas de toda la ciudad una serie de buzones donde depositar las cartas de este tipo, y pidió a un templo budista que celebrase una ceremonia para quemarlas. El periódico Asahi Evening News explicó que este servicio se ofrecía “a los destinatarios más supersticiosos que tenían miedo de destruir ellos mismos la carta o de no hacerle caso”. ¿Por qué tenían miedo? Porque en las cartas no solo se prometen beneficios a los que acatan las instrucciones, sino que también se amenaza con desgracias a todo el que rompa la cadena. Por ejemplo, una de ellas advertía de que una persona que rompió la cadena en Tokio había sido asesinada.
Los derechos de los elefantes
En muchos lugares de la India, los elefantes constituyen una parte importante de la fuerza laboral. La revista The Week dice que el estado de Uttar Pradesh, en el norte del país, incluye en sus nóminas a los elefantes como empleados con pleno derecho. Un elefante empieza a trabajar a los 10 años y puede estar al servicio de sus patronos por cincuenta años. Al jubilarse, recibe una pensión como los demás empleados del estado, y se le asigna un mahout (adiestrador y cuidador de elefantes) para que reciba los cuidados y la alimentación apropiados. Las elefantas reciben diversos beneficios durante su vida laboral, como por ejemplo, un año de permiso por maternidad en el ambiente cómodo de un zoo antes de reincorporarse a la importante labor de transportar madera, encorralar y adiestrar a elefantes salvajes, y patrullar parques nacionales y zonas forestales protegidas.
¿Hacia un lenguaje universal?
“En un país centroasiático donde rara vez se hablan lenguas occidentales”, un niño de ocho años le dice a su padre que quiere aprender inglés. El padre le pregunta por qué. “Porque la computadora habla inglés, papá.” Esa anécdota, dice Asiaweek, “ilustra lo que muchos consideran una consecuencia insidiosa de la superautopista de la información [...], el potencial de acelerar un cambio, ya de por sí rápido, hacia un lenguaje mundial dominante: el inglés”. La revista añade: “Dicha tendencia no obedece a un deseo de fomentar la hermandad internacional, sino simplemente a razones prácticas. Si vamos a comunicarnos y a efectuar operaciones comerciales a través de Internet, necesitamos un lenguaje común para entendernos”. ¿Por qué inglés? Porque “el negocio de las computadoras personales se originó en Estados Unidos, al igual que Internet. Aproximadamente el 80% de la información de la Red se dirige a un público anglófono”. El uso de otros idiomas se ve frenado en algunos casos por la dificultad de adaptarlos al teclado inglés. “Habrá que pagar un precio —dice Asiaweek—. Los lingüistas predicen que la mitad de los cerca de seis mil idiomas que se hablan hoy día caerán en desuso para finales del siglo próximo, y posiblemente en el plazo de veinte años.”