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  • ¡Despertad! 1999
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¡Despertad! 1999
g99 8/6 págs. 4-6

Cómo disminuir el riesgo de perder un miembro

LA PÉRDIDA de un miembro puede prevenirse en la mayoría de los casos, aun en pacientes con enfermedad vascular periférica (EVP), la cual, como se mencionó en el artículo anterior, suele deberse a la diabetes.a Afortunadamente, la diabetes es a menudo controlable.

“La dieta es la piedra angular del tratamiento contra la diabetes, ya sea que se administre insulina o no”, dice The Encyclopædia Britannica. El doctor Marcel Bayol, del Kings County Hospital de la ciudad de Nueva York, dijo a ¡Despertad!: “Si los diabéticos se toman en serio su enfermedad, vigilan la dieta y se someten a supervisión médica, disminuyen la probabilidad de perder una extremidad inferior”. Las personas con diabetes de tipo 2 que siguen este consejo pueden incluso observar con el tiempo una mejoría de los síntomas.b

El ejercicio es fundamental

El ejercicio también es importante. Ayuda a mantener los niveles de glucosa o azúcar dentro del rango de la normalidad. Cuando se diagnostica la EVP, el ejercicio contribuye a mantener la fuerza, la flexibilidad y el riego sanguíneo a las zonas afectadas, todos ellos elementos importantísimos. El ejercicio también ayuda a reducir al mínimo la claudicación intermitente, nombre que se da al dolor que sufre la persona en los músculos de la pantorrilla cuando camina o hace ejercicio. No obstante, dichos enfermos deben evitar los ejercicios que impliquen tensión o sacudidas de las piernas. Caminar, montar en bicicleta, remar, nadar y hacer ejercicios aeróbicos en el agua son actividades más adecuadas. Consúltese siempre al médico antes de empezar una dieta o un programa especial de ejercicios.

Por supuesto, todo el que desee disfrutar de buena salud debe abstenerse por completo de fumar. La EVP es tan solo una de la larga lista de afecciones provocadas o agravadas por el tabaquismo. “El hábito de fumar es un factor relevante en los casos de amputaciones, sobre todo cuando el fumador padece diabetes y EVP”, afirma el doctor Bayol. ¿De cuánta relevancia es este factor? Según un manual de rehabilitación para las personas a quienes se les ha amputado un miembro, “las amputaciones son diez veces más frecuentes en los fumadores que en los no fumadores”.

El cuidado de los miembros enfermos

La EVP puede reducir la circulación hacia los miembros inferiores y provocar una neuropatía, es decir, la pérdida de la sensibilidad, o el adormecimiento, de los nervios. Las extremidades se hacen vulnerables a las lesiones, incluso cuando el paciente se halla en la cama descansando. Por ejemplo, una manta o una almohadilla eléctricas pudieran recalentarse y producir graves quemaduras, pues la persona no siente ningún dolor. Por este motivo, los fabricantes recomiendan a los diabéticos usar estos productos con cuidado.

Los miembros enfermos también tienen una propensión mayor a las infecciones. Un simple rasguño puede producir úlceras, o hasta gangrena. De ahí la importancia del cuidado de los pies, lo que incluye usar calzado cómodo y mantener las piernas y los pies limpios y secos. Muchos hospitales cuentan con clínicas especializadas que enseñan a los pacientes el cuidado de los pies.

Cuando la EVP llega a una fase que exige tratamiento quirúrgico, los cirujanos normalmente tratan de evitar la amputación. Una técnica alternativa consiste en la angioplastia con globo. El cirujano vascular introduce un catéter con un globo en la punta, el cual se infla para dilatar la luz de la arteria estrechada. Otra opción es la colocación de un bypass para reemplazar los vasos obturados con vasos de otra parte del cuerpo.

Barbara, de 54 años, sufre diabetes del tipo 1 desde los cuatro años. Tras dar a luz a su primer hijo, desarrolló EVP en los pies. Varios médicos recomendaron la amputación, pero ella encontró a un reputado cirujano vascular que utilizó la angioplastia para mejorar la circulación en los pies. Si bien la técnica funcionó por algún tiempo, al final necesitó la colocación de un bypass, el cual dio buenos resultados. Ahora Barbara se cuida los pies de forma minuciosa.

Evite los traumatismos

Los traumatismos constituyen la segunda causa importante de pérdida de miembros. Menos selectivos a la hora de escoger a qué miembros afectarán, los traumatismos pueden dañar cualquier parte del cuerpo. Sin embargo, tener un punto de vista piadoso de la vida contribuye ostensiblemente a reducir el riesgo de sufrir traumatismos. Sea que los cristianos estén trabajando, conduciendo un vehículo o divirtiéndose, deben tratar su cuerpo como una dádiva proveniente de Dios. Por ello, tienen que respetar todas las normas de seguridad y no arriesgarse insensatamente (Romanos 12:1; 2 Corintios 7:1).

¿Qué medidas se están tomando para disminuir el riesgo de traumatismo que corren los habitantes de regiones sembradas de minas? Muchos países han puesto en marcha programas auspiciados por el Estado para crear conciencia del problema en la opinión pública. Según un informe del secretario general de las Naciones Unidas, dichos programas enseñan “a las poblaciones que se hallan en riesgo [...] a reducir al mínimo las posibilidades de convertirse en víctimas mientras viven y trabajan en zonas minadas”.

Lamentablemente, “la gente se acostumbra a la presencia de las minas y se descuida —dice un informe de las Naciones Unidas—. En ocasiones, los factores religiosos engendran una actitud fatalista hacia estos peligros”. No obstante, el fatalismo no cuenta con el apoyo de la Palabra de Dios; por el contrario, la Biblia recomienda la prudencia y la seguridad (Deuteronomio 22:8; Eclesiastés 10:9).

Así pues, la cautela y la adopción de medidas razonables para proteger la salud reducirán grandemente el riesgo de perder un miembro. Pero ¿y los que ya han sufrido tal pérdida? ¿Pueden ellos gozar de una buena calidad de vida?

[Notas]

a Los trastornos vasculares en las extremidades inferiores también pueden desencadenarse o agravarse por el uso de prendas o zapatos apretados o por la permanencia prolongada en posición sentada (especialmente con las piernas cruzadas) o de pie.

b Los diabéticos del tipo 1 requieren inyecciones diarias de insulina. Los del tipo 2 (no dependientes de insulina) a menudo pueden controlarla con dieta y ejercicio. En Estados Unidos, el 95% de los casos diagnosticados de diabetes pertenecen al tipo 2.

[Ilustración de la página 4]

El hábito de fumar aumenta ostensiblemente el riesgo de perder un miembro, sobre todo en el caso de los que padecen enfermedades vasculares

[Ilustración de la página 5]

El ejercicio adecuado y una buena dieta contribuyen al buen estado del sistema vascular

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