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  • ¡Despertad! 1999
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¡Despertad! 1999
g99 22/10 págs. 3-4

¿Qué alcance tienen las supersticiones hoy día?

OCURRE en todas partes: en el trabajo, en la escuela, en el transporte público y en la calle. Cuando estornudamos, gente desconocida, meros transeúntes, nos dicen: “Salud” o “Jesús”. Existen expresiones similares en muchos idiomas. Por ejemplo, en inglés se responde con “God bless you”, y en alemán, con “Gesundheit”. Los árabes dicen “Yarhamak Allah”, y algunos polinesios del Pacífico Sur, “Tihei mauri ora”.

Quizás nunca se haya preguntado por qué existe esta costumbre, dando por sentado que se trata simplemente de una norma de cortesía del protocolo social. No obstante, el origen de tales expresiones es la superstición. Moira Smith, bibliotecaria del Instituto del Folclore de la Universidad de Indiana, en Bloomington (Indiana, E.U.A.), dice sobre la expresión inglesa “God bless you” (“Dios te bendiga”): “Proviene de la idea de que cuando alguien estornuda, echa afuera su alma”. Al decir “Dios te bendiga”, en realidad se está pidiendo a Dios que devuelva el alma a su lugar.

Por supuesto, la mayoría de las personas concordarán en que es irracional creer que el alma sale del cuerpo al estornudar. No sorprende, por tanto, que la Gran Enciclopedia Larousse defina superstición como la “tendencia, derivada del temor o de la ignorancia, a atribuir carácter sobrenatural sagrado u oculto a determinados acontecimientos. [...] Creencia en vanos presagios producidos por acontecimientos puramente fortuitos”.

Es comprensible por qué un médico del siglo XVII dijo que las supersticiones de su día eran los “vulgares errores” de los incultos. En los comienzos del siglo XX, caracterizado por sus avances científicos, The Encyclopædia Britannica de 1910 previó con optimismo el día en que “la civilización [sería] librada del último vestigio de la superstición”.

Tan extendidas como siempre

Aquel optimismo de hace ocho décadas era infundado, pues la superstición parece estar tan firmemente arraigada como siempre. Tal permanencia es característica de las supersticiones. La palabra superstición proviene del latín super, que significa “encima de”, y stare, “estar en pie”. Los guerreros que sobrevivían a la batalla recibían el nombre de superstites, puesto que literalmente quedaban “en pie” por encima de sus compañeros de armas caídos. Aludiendo al origen de esta palabra, el libro Superstitions señala: “Las supersticiones que todavía existen hoy se han mantenido en pie sobre los siglos que intentaron borrarlas”. Veamos algunos ejemplos que demuestran la persistencia de la superstición.

◻ Tras la repentina muerte del gobernador de una importante ciudad asiática, el desalentado personal de su residencia oficial aconsejó al gobernador entrante que consultara a un vidente. Este último propuso algunos cambios dentro del complejo y en los alrededores. Los trabajadores pensaron que dichos cambios neutralizarían el mal agüero.

◻ Una piedra especial es la compañera inseparable de la directora de una compañía multimillonaria de Estados Unidos. Desde su primera exposición comercial eficaz, ha rehusado salir de casa sin ella.

◻ Antes de cerrar importantes transacciones comerciales, los ejecutivos asiáticos a menudo buscan el consejo de un adivino.

◻ Un atleta, a pesar de su entrenamiento intenso, atribuye su victoria a una prenda de vestir, por lo que la sigue usando —sin haberla lavado— en todas las competiciones.

◻ Un estudiante utiliza cierto bolígrafo en un examen en el que recibe una calificación alta. Desde entonces piensa que el bolígrafo le trae “suerte”.

◻ El día de su boda, una novia prepara con cuidado su atuendo asegurándose de que incluya “algo usado, algo nuevo, algo prestado y algo azul”.

◻ Una persona abre su Biblia al azar y lee el primer texto que encuentra con la seguridad de que esas palabras le darán precisamente el consejo que necesita en ese momento.

◻ Cuando un jumbo rueda por la pista para realizar el despegue, varios pasajeros hacen la señal de la cruz. Otros acarician una medalla de “san” Cristóbal durante el vuelo.

Es evidente que, incluso en la actualidad, la superstición está muy extendida. De hecho, Stuart A. Vyse, profesor adjunto de Psicología del Colegio Universitario de Connecticut, afirma en su libro Believing in Magic—The Psychology of Superstition (Creer en la magia: la psicología de la superstición): “A pesar de que vivimos en una sociedad tecnológicamente avanzada, la superstición está tan extendida como siempre”.

La superstición está tan arraigada hoy que los intentos de erradicarla han fracasado. ¿Por qué?

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