El punto de vista bíblico

¿Qué hay detrás de la brujería?

“BRUJAS.” ¿Qué le trae a la mente esta palabra? ¿Imágenes de arpías que lanzan maleficios, o mujeres licenciosas que tienen trato con Satanás? Contrario a ese estereotipo, muchas autodenominadas brujas del día moderno parecen gente común; algunas son profesionales respetables, como abogadas, maestras, escritoras y enfermeras. En nuestros tiempos ha habido un resurgimiento a escala mundial de movimientos religiosos que rayan en lo oculto, como las religiones de la naturaleza y el neopaganismo.a “En estos días, uno puede viajar a cualquier parte de Rusia y verá que la brujería es algo cotidiano”, dijo un policía de ese país. En Estados Unidos viven, según cálculos, de cincuenta mil a trescientos mil brujos, o wiccans,b como algunos se denominan a sí mismos.

Hoy día, la palabra bruja se usa libremente y puede significar diferentes cosas para diferentes personas. Pero el auge moderno de la brujería parece estar vinculado más que nada a un tipo de religión de la naturaleza que adora a una diosa y que tiene una fuerte creencia en los poderes psíquicos. Algunos brujos y brujas son solitarios, es decir, practican a solas sus ritos, que incluyen la observación del cambio de estaciones, las fases de la Luna y otros fenómenos naturales. Otros se reúnen en grupos, casi siempre de trece miembros, para rendir culto y hacer conjuros.

Es cierto que, en Occidente, la opinión del público sobre la brujería es totalmente diferente en la actualidad de la actitud que fomentó la quema de brujas en la Edad Media. Con todo, todavía surgen brotes esporádicos de violencia irracional contra ellas. Por ejemplo, a principios de octubre de 1998, en Indonesia, unas pandillas armadas con machetes lincharon a más de ciento cincuenta personas que se sospechaba eran brujas. Entre los años 1990 y 1998, en Sudáfrica se registraron más de dos mil casos de violencia hacia las brujas, incluidos 577 asesinatos. Ante tales manifestaciones extremas —que van desde la fascinación por la brujería hasta el odio contra quienes la practican—, ¿cómo deberían considerar el asunto los cristianos?

Necesidades no satisfechas

¿Qué impele a la gente a practicar la brujería en nuestros días? Los que lo hacen argumentan que un factor es la reverencia que les inspiran la naturaleza y la vida. Algunos, de hecho, se apresuran a aclarar que su religión no incluye el sacrificio de animales en sus rituales. Otros dicen que se interesan en la brujería porque buscan gente con quien puedan hablar con franqueza, en quien puedan confiar y con quien puedan compartir intereses espirituales. “Todos mis conocidos en el movimiento pagano son muy amigables y francos [...]. Son gente maravillosa”, dice una bruja moderna. Muchos niegan cualquier implicación con Satanás y aseveran que no existe ninguna deidad netamente maligna dentro de su estructura religiosa.

Sin embargo, la razón principal por la que muchas personas se convierten en brujos o brujas es el vacío espiritual que sienten y su decepción con las religiones mayoritarias. Refiriéndose a su grupo, Phyllis Curott, una sumo sacerdotisa wiccan, expresa: “Todos estábamos descontentos con las enseñanzas y prácticas de las religiones en las que fuimos criados”. Las brujas actuales, explica Curott, tratan de responder preguntas como: “¿De qué manera podemos redescubrir lo sagrado?”. Ahora bien, ¿es la brujería el camino a la verdadera espiritualidad?

¿Dónde hallar verdadera espiritualidad?

La Biblia indica con claridad que Jehová es el único Dios verdadero y el Soberano Universal (Salmo 73:28; 1 Pedro 1:15, 16; Revelación [Apocalipsis] 4:11). Él invita a toda la gente a que lo busque ‘y verdaderamente lo halle’ (Hechos 17:27). De ahí que la espiritualidad genuina solo pueda obtenerse adquiriendo conocimiento exacto del Dios verdadero, Jehová, lo que puede lograrse mediante el estudio de su Palabra, la Santa Biblia. “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes”, nos asegura el escritor bíblico Santiago (Santiago 4:8).

Ahora bien, la Palabra de Dios nos alerta sobre una maliciosa fuente de espiritualidad maléfica (1 Juan 4:1). Identifica a Satanás el Diablo, el archienemigo de Jehová, y a sus demonios como los causantes de mucha de la espiritualidad equivocada que predomina en nuestros días.c Como leemos en la Biblia, Satanás “ha cegado las mentes” de muchos. De hecho, “está extraviando a toda la tierra habitada”, lo que abarca a quienes tienen relación con la brujería, sea que afirmen adorar al Diablo o no. ¿Por qué decimos esto? (2 Corintios 4:4; Revelación 12:9.)

Una gran cantidad de prácticas y rituales de la brujería moderna tienen un sorprendente parecido con elementos misteriosos del satanismo. Por ello, incluso la curiosidad sin malos motivos puede llevar fácilmente a uno a practicar el ocultismo. En efecto, así es como muchos han sido víctimas de la malévola influencia satánica.

No debe pasarse por alto el hecho de que lo que induce a algunos hoy día a practicar la brujería es la sed de poder o de venganza. “Hay quienes se autodenominan brujas y se valen de eso para conseguir sus fines diabólicos”, explicó Jennifer, una bruja del día actual. Sea como fuere, tanto las brujas benévolas como las vengativas corren el riesgo de quedar bajo el control absoluto de Satanás y los demonios. Algunas quizá nieguen la existencia de tales espíritus malignos, pero esto las hace todavía más vulnerables a sus engaños (compárese con 1 Corintios 10:20, 21).

La Biblia condena la adivinación, la hechicería, la magia, los maleficios y cualquier intento por comunicarse con los muertos. Declara sin rodeos: “Todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová” (Deuteronomio 18:10-12). Por supuesto, los cristianos están determinados a obrar “lo que es bueno para con todos”, y en su ministerio han ayudado a muchos a librarse de toda forma de espiritismo (Gálatas 6:10; Hechos 16:14-18). Sin embargo, los verdaderos cristianos evitan cualquier participación en la adoración falsa, incluida toda forma de brujería (2 Corintios 6:15-17).

[Notas]

[Reconocimiento de la página 26]

Picture Book of Devils, Demons and Witchcraft/Ernst and Johanna Lehner/Dover