GOLONDRINA
(heb. deróhr).
La palabra hebrea deróhr también se traduce “libertad” en ciertos textos (Lev. 25:10; Isa. 61:1), y algunos comentaristas opinan que ese nombre describe a la elegante golondrina que planea y vuela con gran libertad de movimiento. Otros relacionan el nombre hebreo con la palabra árabe darra, que significa “fluir copiosamente” o “manar”, lo que a su vez relacionan con la velocidad con la que esta ave atrapa al vuelo a diferentes insectos.
El salmista, al hablar de su anhelo por los patios de la casa de Jehová, hace referencia a la golondrina que halla un nido donde poner sus polluelos. (Sal. 84:1-3.) La otra referencia a la golondrina aparece en Proverbios 26:2, donde se dice que “tal como el pájaro tiene motivo para huir, y tal como la golondrina para volar, así una invocación de mal misma no viene sin verdadero motivo” (NM). Sin embargo, algunas traducciones vierten las últimas palabras de este texto hebreo: “La maldición sin motivo jamás llegará a su destino” (VP; véanse también Val, CI), y por lo tanto consideran que significa que tal maldición sin motivo no llega a cumplirse o “jamás llegará a su destino”, sino que es más bien como el vuelo continuo y casi incansable de la golondrina a la caza de su presa: los insectos. No obstante, en los versículos del contexto el escritor está razonando en cuanto al estúpido y sus caminos, y por lo tanto el sentido de la traducción que se ha citado primero (NM) puede ser que tal como el vuelo de las aves cuando huyen del peligro o buscan alimento tiene una verdadera causa, así también si el proceder de un estúpido le resulta en maldición, no es sin una verdadera causa; su proceder insensato fue responsable de ello. (compárese con el versículo 3; también con Proverbios 1:22-32.)